El blog de Otramotro

Ángel Sáez García

Epístola a Jesús, un epígono de Otramotro (CCLXXXI)

EPÍSTOLA A JESÚS, UN EPÍGONO DE OTRAMOTRO (CCLXXXI)

Dilecto Jesús (ese que yo sé), epígono de este aprendiz de ruiseñor:

Había escrito una apostilla con bastante enjundia como y/o en respuesta a tu comentario del sábado, pero (ignoro la razón —esta mañana los ordenadores del Centro Cívico “Lourdes” no funcionaban bien—, el motivo concreto) la he perdido. Hacía mucho tiempo que no me pasaba algo parecido y, lo reconozco, me he enfadado. Ahora bien, me he desenojado al momento, en un pispás, al echar mano de la verdad irrefutable que me brindó un proverbio árabe que adopté antaño, otrora, por apodíctico: “Si tiene remedio, ¿por qué te quejas?; si no lo tiene, ¿por qué te quejas?”.

Te decía, poco más o menos, en el escolio que para mí está claro, cristalino, que es mejor hacerse el idiota que serlo, por la sencilla razón de que quien se lo hace es consciente de que no lo es, mientras que el que lo es, tal vez, no tenga consciencia de serlo. Se sabe que el hipotiroidismo, vaya acompañado de bocio o no, debido a la falta de yodo en la dieta durante el embarazo y la tierna infancia, deviene en cretinismo.

Nada, salvo el altruismo llevado hasta sus últimas consecuencias entre allegados, o sea, por el desprendido amor o la suma amistad existente entre marido y mujer, padre/madre e hija/o, entre hermanas/os o amigas/os íntimas/os compatibles, cuando se produce la donación entre personas vivas de uno de los dos riñones sanos, por ejemplo, justifica los medios usados, y menos si estos son ilícitos o perversos; ni siquiera la generosidad o liberalidad mal entendida, llevada a cabo con malos y aun pésimos modos, verbigracia, al roban a los ricos para repartir lo robado luego entre los pobres o más necesitados, siguiendo el controvertido ejemplo de Robin Hood, tiene un pase. Hay que promover que quienes más tienen repartan parte de sus posesiones entre los indigentes, que carecen de todo.

Tú tampoco eres tonto, Jesús, aunque a veces, ocasionalmente, tanto tú como yo, nos lo hagamos, porque nos apetece soltar una zumba o vaya y/o impulsar la hilaridad o provocar la risa de quien lea nuestra/s extravagancia/s.

Ayer, siéndole fiel y leal a mi esposa, la literatura, leí El País, más de cien páginas de “El balcón en invierno”, de Luis Landero, el volumen que tengo entre manos y, seguramente, si no surge contratiempo, coronaré hoy, por la noche, su lectura, y trencé tres décimas.

Como en este país son pocos los representantes políticos (ellas y ellos) que deciden tomar ese peculiar y raro, por extraño y excepcional, derrotero, que no es una derrota, conjugar en primera persona del singular el verbo dimitir, bienvenida, bienhallada y bienhadada ha sido la renuncia (aunque solo sea parcial: a seguir siendo la presidenta del PP de Madrid) de doña Esperanza.

Te consta que a don Mariano Rajoy Brey ya le urdí la décima en la que le sugería que siguiera el ejemplo de don Artur, quiero decir, que hiciera un Mas. En el supuesto de que llegara a tener conocimiento de la misma, está visto que fui escasamente persuasivo, porque no me hizo ni (puñetero) caso.

No he leído la citada interviú, pero he escrito en el buscador de Google “entrevista de Sabina a Pérez-Reverte” y aparece en El Mundo. Cuando tenga tiempo, sabiendo dónde está, la leeré. Yo también soy fan de ambos, pero más (lo reconozco, sin ambages) del segundo, don Arturo (“Aperre, el Bueno”), que del primero, don Joaquín.

Pueden ser mejores, iguales o peores. Me temo que acaso (depende de qué pie cojees) sean peores.

Te saluda, aprecia, agradece y abraza

Ángel Sáez García
[email protected]

GRAN SELECCIÓN DE OFERTAS MULTI-TIENDA

CONSOLAS

ACTUALIZACIÓN CONTINUA

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA

Ángel Sáez García

Ángel Sáez García (Tudela, 30 de marzo de 1962), comenzó a estudiar Medicina, pero terminó licenciándose en Filosofía y Letras (Filología Hispánica), por la Universidad de Zaragoza.

Lo más leído