El blog de Otramotro

Ángel Sáez García

Breve epístola a Pablo Iglesias

BREVE EPÍSTOLA A PABLO IGLESIAS

Dilecto (escrito con enorme cariño y simpatía, como te gusta aducir —no sé si con la ironía que manejaba con notoria maestría Cervantes o no— a ti) Pablo Iglesias, secretario general de Podemos, con patente de corso:

En la Universidad de Zaragoza lo que aprendí fue a abrir mi mente y a respetar las opiniones de los demás, siempre y cuando los demás cumplieran con este inexcusable requisito o conditio sine qua non, que respetaran las mías. Supongo que tú deseas que tu trabajo (intelectual, político o social) sea tolerado por los demás. Como por nuestras obras, lo que hagamos (no lo que pensemos que vamos a hacer o lo que digamos que vamos a hacer), nos conocen y conocerán, tal vez te convenga aprender y poner en práctica lo que, por lo que he deducido de lo que he escuchado de tu conferencia en la Universidad Complutense, puede que no hayas asimilado ni mucho ni poco ni nada (de nada), a tolerar el trabajo de los demás.

España, donde vivimos, es un Estado de derecho. Así que, si te sientes calumniado o injuriado por lo que ha escrito este, ese o aquel periodista (ella o él) en su artículo hodierno, te ampara el derecho de réplica, que la ley concede a toda persona para que se rectifique la información difundida, en el supuesto de que esta contenga datos inexactos y su divulgación pueda acarrearle un daño, y, si eso no te ha dejado satisfecho, tienes a tu disposición los tribunales de justicia a la vuelta de la esquina para interponer una demanda en defensa de tu honor. Tengo para mí que, después de escuchar unos minutos de tu intervención en el vídeo de elmundo.es, no sé cómo llamas tú a lo que a mí me ha parecido un ataque verbal en toda la regla contra Álvaro Carvajal (a quien no conozco, pero con quien he empatizado en un pispás). Si a ti te ha servido tu argumento ad hominem, a mí me ha parecido rastrero.

Espero que hayas entrado en elmundo.es y te hayas sonrojado. Si no lo has hecho, te recomiendo encarecidamente que lo hagas sin falta. Aprenderás una de las lecciones que te quedaba por asimilar. Tras los aplausos (que te ha brindado buena parte del auditorio de la Complutense), has tomado el micrófono para, velis nolis, disparar un último tiro. Habrás comprobado que te ha salido por la culata. Hace tiempo ideé y trasladé al folio en blanco un personaje literario al que motejé “Queteapuestas” (adicto a las tales). A partir de hoy, ya sé quién puede servirme de modelo, dónde puedo hallar su prosopografía y etopeya. Y terminaré esta breve epístola citando a Albert Einstein, un genio, sin duda, quien vino a decir en una de sus frases inmarcesibles la siguiente verdad como un templo: “¡Triste época la nuestra! Es más fácil desintegrar un átomo que un prejuicio”.

Desea y espera que hayas aprendido la lección (y, de paso, te hayas cepillado algún prejuicio) quien te ha dirigido esta epístola con el mismo cariño y parecida simpatía a la que tú le has dispensado a Álvaro Carvajal.

Ángel Sáez García
[email protected]

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA

Ángel Sáez García

Ángel Sáez García (Tudela, 30 de marzo de 1962), comenzó a estudiar Medicina, pero terminó licenciándose en Filosofía y Letras (Filología Hispánica), por la Universidad de Zaragoza.

Lo más leído