El blog de Otramotro

Ángel Sáez García

Epístola a Jesús, un epígono de Otramotro (CCX)

EPÍSTOLA A JESÚS, UN EPÍGONO DE OTRAMOTRO (CCX)

Dilecto Jesús (ese que yo sé), epígono de este aprendiz de ruiseñor:

A pesar de que el sarcástico Oscar Wilde sentenció que “la mejor manera de librarse de una tentación es caer en ella”, el menda tiene para sí o sostiene que, si solo se aprende a ser bueno y justo realizando actos de bondad y de justicia, solo logrará vencer tentaciones quien aprendió a domeñar sus más bajas pulsiones o deseos.

A propósito de la parte buena y de la parte mala del hombre, de la que hablas en tu escolio a mi espinela hodierna, del ángel y el demonio que, a modo de consejeros áulicos, nos incitan a hacer o a dejar de hacer lo que sea, te referiré, a continuación, lo que, tal vez, ya conozcas.

En una servilleta del bar “La esquina”, establecimiento, que no miento, donde suelo tomarme a diario, después de comer, el cortado proverbial, mientras (h)ojeo y/o leo el Diario de Navarra, apunté un día el texto que titulé “El cuentacuentos y el combate entre los lobos”, una ficción para niños, que, tras ser aumentada, desarrollada y/o puesta al día, dice ahora así: Una noche de verano el más anciano de los indios cherokee del poblado, una especie de bululú, reunió, alrededor del fuego, a todos los niños (ellas y ellos) que podían entender su relato (a quienes tienen una corta edad conviene enseñarles también qué está bien hecho o dicho y qué está mal) les narró lo que sigue. En el interior de todo ser humano, siempre, o sea, siempre, quiero decir, a lo largo de toda su existencia, cabe advertir la pelea que libran dos lobos. Un lobo es malévolo y malvado y representa o fomenta la ira, el odio, la envidia, el resentimiento, el engaño, la arrogancia, el egoísmo, la venganza,… El otro es benevolente y benévolo y representa o propicia la paz, el amor, la solidaridad, la empatía, la esperanza, la humildad, la verdad, el perdón,… Durante unos segundos, para que los niños tomaran conciencia del hecho, el anciano enmudeció. Una niña osó romper el silencio sepulcral al hallar la pregunta con la que pretendía poner en un brete al de provecta edad: “¿Y cuál de los dos lobos acaba venciendo el combate?”. El anciano le contestó: “El que cada quien alienta. El que cada quien alimenta”.

Doña Manuela Carmena, que no se libra de portar o portear sus claroscuros contradictorios, es capaz de lo mejor y de lo peor (como cabe decir de todo hijo de vecino, sea varón o hembra, incluidos, por supuesto, tú y yo). Tú, por ejemplo, has destacado en tu comentario su parte positiva, su empatía con quienes no tienen ni para comer (ergo, menos aún, para dar de comer a otras personas). Empero, uno de los cinco mejores literatos actuales en lengua española, a quien considero una biblioteca andante, don Manuel Alcántara, verbigracia, hoy se fija en la negativa, al aducir esto de su tocaya: “Manuela Carmena, que fue una valiente luchadora por sus creencias, no ha tenido valor para quitarse de encima al tontorro (sic) que hizo chistes de bar a costa de la mayor tragedia de nuestro pasado reciente”.

Te saluda, aprecia, agradece y abraza

Ángel Sáez García
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Ángel Sáez García

Ángel Sáez García (Tudela, 30 de marzo de 1962), comenzó a estudiar Medicina, pero terminó licenciándose en Filosofía y Letras (Filología Hispánica), por la Universidad de Zaragoza.

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