El blog de Otramotro

Ángel Sáez García

Epístola a Jesús, un epígono de Otramotro (CCVII)

EPÍSTOLA A JESÚS, UN EPÍGONO DE OTRAMOTRO (CCVII)

Dilecto Jesús (ese que yo sé), epígono de este aprendiz de ruiseñor:

La tardanza en contestarte tiene una razón o porqué: Alberto tuvo problemas ayer para reiniciar sus ordenadores. Después de estar esperando una hora en su local, el cíber-café “Praga”, me marché a casa. Regresé pasadas las 20 horas y aún no había logrado subsanar el problema. Así que decidí volver a desandar lo andado.

A pesar de que tu epítome me parece acertado, como sabes, las prisas y la velocidad o rapidez a la hora de proceder, dependiendo de los ámbitos donde nos movamos, o en los que nos encontremos, tienen buena o mala prensa. En el siglo XVIII, neoclásico, verbigracia, la liebre la tenía mala (hasta la tortuga llegaba antes que ella a la meta) en la literatura didáctica (véase la fábula de Esopo). Si no recuerdo mal, es en el prólogo (al lector) que colocó a los discursos del tomo séptimo de su “Teatro crítico universal” donde fray Benito Jerónimo Feijoo y Montenegro escribió esto: “Las plumas vuelan, colocadas en las alas de las aves; pero no hay movimiento más perezoso que el suyo, puestas en las manos de los hombres”.

Pues a mí me ocurrió tres cuartos de lo mismo que a tu doña, que me alegré mucho. Mis hermanos son del Athletic de Bilbao, pero al menda siempre le tiró el Barça.

Sigo pensando lo que otrora me llevó a escribir la décima que titulé “Pactar para ser honestos”, que apareció publicada aquí, en la bitácora que gestiona servidor, el pasado 20 de febrero.

Acaso no sobre (y hasta venga a cuento) este breve apunte aclaratorio que sigue. Tal vez llegues a pensar, tras leer los diez versos que componen la décima que titulé “¿Se incentiva con dinero?”, que los susodichos son un embeleco, o sea, mentira. Marrarás si haces tal cosa, porque, según leí el martes, dos de los corrientes mes y año, en la página 62 de Diario de Navarra, un estudio elaborado por economistas de la Universidad de Pennsylvania en casi 90 institutos de México eso, precisamente, revela, que, con los incentivos dinerarios adecuados, se puede potenciar que los estudiantes mejoren su rendimiento, que no miento, académico.

La tradición le adjudica a Bías de Priene, uno de los Siete Sabios de la Hélade, esta frase perspicaz: “Todos los hombres son malos”. Tengo para mí que, si era considerado por sus coetáneos un pozo de sabiduría, no se equivocó al escribir tal pensamiento, que no miento, pues expresaba para sus contemporáneos una inconcusa verdad. Ahora bien, asimismo, considero que hubiera dado de lleno en el centro de la diana si, a renglón seguido, hubiera agregado, completando y complementando lo aseverado arriba, esto otro: “Casi todos los hombre son buenos”. Esa es la tesis que sostengo en mi poema “¿El hombre? (Es) Un ser ven(er)able”.

Te saluda, aprecia, agradece y abraza

Ángel Sáez García
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Ángel Sáez García

Ángel Sáez García (Tudela, 30 de marzo de 1962), comenzó a estudiar Medicina, pero terminó licenciándose en Filosofía y Letras (Filología Hispánica), por la Universidad de Zaragoza.

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