El blog de Otramotro

Ángel Sáez García

Epístola a Jesús, un epígono de Otramotro (CXLIV)

EPÍSTOLA A JESÚS, UN EPÍGONO DE OTRAMOTRO (CXLIV)

Dilecto Jesús (ese que yo sé), epígono de este aprendiz de ruiseñor:

Uno, servidor, por ejemplo, tiene la inveterada costumbre de (o tiende a) echar mano de los vocablos que acepta y/o recoge el DRAE. El acervo lingüístico de cada quien es el que es. Si no recuerdo mal, fue Ovidio quien recomendaba esto: Adde parvum parvo magnus acervus erit (“Añade un poco a otro poco y el montón será —o se hará— grande”). Hay quien pasa con quinientas palabras y quien, si puede funcionar con cinco mil, así lo hace. La competencia lingüística de cada quien es competencia de cada quien.

Me temo que, o metemos miedo cerval a cuantas/os corrompen y/o se corrompen, mediante el cambio imprescindible y oportuno de las leyes, verbigracia, sumando más años de estancia entre rejas a ciertos delitos en el código penal, quiero decir, las/os juezas/jueces son ejemplarizantes en sus sentencias, que algunas/os ya lo están siendo, o, al paso que vamos, pronto habrá aún más corruptoras/es de las/os que hoy hay. Uno/a puede ser un/a golfo/a de los/as de marca mayor, pero, cumplida la pena impuesta en la trena sin que le haya faltado la pasta, sale de la cárcel y, como es rico/a, vive como Dios, y, ante un deseo, el que sea, no acepta un no, un nones o un na… de …na, o sea, un naranjas de la China, como respuesta. Tipos (ellas u ellos) como el arquetipo aquí someramente descrito los hay.

Creo que, de vez en cuando, o de cuando en vez, conviene gestar nuevos símiles y tropos, porque muchas de las comparaciones, metáforas, metonimias y sinécdoques están tan gastadas, por haberlas usado tanto, que parecen (se comparan con) trapos. Así que es de agradecer, esto es, viene bien, y aun estupendamente, una ráfaga de aire fresco en la cara: o sea, usar, en lugar de “irrumpir como un elefante en una cacharrería”, como asno silvestre, que eso significa “onagro”.

Recuerdo haber escrito (puede que con otras palabras) la frase que expresa la idea o tesis que sigue más de una vez, porque considero que es o encierra una verdad como un templo de grande: tengo para mí que los libros son de los mejores amigos del hombre y, entre los mentados libros, sin ninguna duda, uno de los descollantes u óptimos es el DRAE.

La tardanza en contestarte tiene razón o motivo. A mi señera y señora madre, Iluminada, hoy dos urólogos (la doctora Sierra Labarta y el doctor Cuesta Alcalá) le han cambiado en el HRS los tubos de las dos nefrostomías que porta (la Dra. Sierra habla en el informe médico que ha firmado de “cambio de nefrostomía bilateral”).

Apoyo tu moción sobre los siete interrogantes, al menos, que debe hacerse todo/a periodista que se honre en ser bueno/a. Convendría que el acuerdo al que han llegado PP y PSOE fuera, como das a entender, aún más transparente. Y los viajes discretos (o secretos) de los diputados y los senadores (ellas y ellos) que los costeen (discreta o secretamente) las diversas formaciones o partidos políticos. En torno a la transparencia, tengo la misma opinión que sobre la libertad de expresión. O se está con ella o no se está. No se admiten ni valen las medias tintas.

Por lo que comentas de quien se “empalmaba”, ciertamente, como dijo en un mensaje navideño quien dejó la corona, “todos los españoles somos iguales ante la ley”. Olvidó agregar lo que es consabido y, por lo tanto, vox pópuli, que hay excepciones a dicha regla, si uno/a es familiar del rey.

Me peta leer lo que nos recuerdas que adujo Sócrates. Yo suelo completar o complementar la proverbial frase del ateniense con esta otra de Confucio: “Saber que se sabe lo que se sabe y que no se sabe lo que no se sabe; he aquí el verdadero saber”.

(Adenda: Estoy muy agradecido a la prima carnal de mi padre, Inés, y a sus cinco hijos, los hermanos Rodanés, “Pepe”, Julio —un año dormí y desayuné en su casa de Madrid, cuando fui a hacer las oposiciones a la capital—, Antonio, Carlos, mi apreciado amigo y quinto, con quien tanto anduve de niño, y “Paqui”, a quienes, siempre que veo, saludo y con quienes, cuando se da o tercia la ocasión, comento algo que venga a cuento o propósito. Por si algún lector —ella o él— no ha interpretado correctamente, como corresponde, la aparición de dicho apellido aquí, en el subtítulo de mi espinela, le arguyo, a —la pata— la llana, la verdad, que Rodanés es el resultado de una transposición, metamorfosis o anagrama, o, si lo prefiere, de darle la vuelta a cierto exmiembro de la Cámara Alta en boga.)

Te saluda, aprecia, agradece y abraza

Ángel Sáez García
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Ángel Sáez García

Ángel Sáez García (Tudela, 30 de marzo de 1962), comenzó a estudiar Medicina, pero terminó licenciándose en Filosofía y Letras (Filología Hispánica), por la Universidad de Zaragoza.

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