MERA CUESTIÓN DE CHIRIPA
Como sabes, desocupado lector (seas él o ella), fue Andy Warhol quien adujo y/o dejó escrito en letras de molde que “en el futuro todo el mundo será famoso durante quince minutos. Todo el mundo debería tener derecho a quince minutos de gloria”. A veces, solo raras veces, se combinan o juntan de tal manera una serie de circunstancias que acaban conformando una casualidad favorable, que eso es, precisamente, lo que significa, según el DRAE, el vocablo “chiripa”. A veces, solo señeras veces, sobra con estar en el lugar adecuado y en el momento preciso para hacerte, inesperadamente, célebre. Eso es, poco más o menos, lo que le sucedió ayer a mi querido hermano Eusebio, mientras en el estadio “Ciudad de Tudela” presenciaba el partido de fútbol de Segunda B entre el Tudelano y el RM Castilla.
En el minuto 59 del encuentro se lesionó el árbitro asistente Joaquín García Hernández en el gemelo derecho (he visto en una foto cómo el susodicho parece comentarle y señalarle al doctor “Nacho” González la zona donde sentía el dolor). Bueno, pues, por megafonía, se solicitó la presencia de un árbitro, en el supuesto de que hubiera alguno presenciando el choque. Como en la grada contraria a los banquillos se hallaba mi hermano Eusebio, saltó al terreno de juego y se acercó para ver en qué podía ayudar. En un pispás, se puso el traje y salió al campo. De esta guisa, se pudo reanudar y coronar, sin mayor inconveniente, el partido. Al parecer, los fueras de juego que señaló lo fueron.
Ayer, por la noche, como ignoraba el hecho, me sorprendió, gratamente, escuchar y ver, de manera inopinada, la noticia en un espacio deportivo; y hoy, una vez pasada la sorpresa, me ha llamado la atención comprobar que para otros dos programas de deportes la noticia era reseñable. Cuando, a eso de las cuatro menos algunos minutos de la tarde, me he puesto en contacto telefónico con él lo he llamado Juan Goytisolo (aprovecho la ocasión para mandarle mi más sentida y sincera ¡enhorabuena!, al insigne polígrafo), porque su gesto (por fas o por nefas, aunque son muchas las personas que no creen en ellas, las casualidades se dan en esta vida, ocurren; verbigracia, el sábado pasado publiqué aquí, en Periodista Digital, en el blog de Otramotro, que gestiono, la espinela que titulé “¿Quién ve en el gesto una gesta?”, que juzgo premonitoria) de ayer en las teles ha tenido casi el mismo minutaje y/o tanta repercusión como la nueva cultural, literaria, del día, el anuncio que ha hecho el ministro de Educación, Cultura y Deporte, José Ignacio Wert, de la concesión del prestigioso premio Cervantes al autor de “Señas de identidad” y de “Reivindicación del conde don Julián”, que se había hecho digno acreedor al mismo y lo ha ganado por mayoría.
Evidentemente, me he alegrado sobremanera por ambos, por mi hermano Eusebio y por don Juan Goytisolo, eminente literato, pero como he notado en mí cierta desazón, me ha dado por buscar la causa que la ocasionaba y me he llevado un alegrón extra al comprobar que el malestar había desaparecido al mismo tiempo que reparaba en lo apodíctico e inconcuso, que las dos noticias eran teselas de mosaicos distintos.
Ángel Sáez García
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