En la pobre Andalucía,
y gracias a Ciudadanos
siguen los mismos villanos
que la Susana tenía.
Marín mucho los quería,
los veía como hermanos,
y ellos metían sus manos
porque él se lo permitía.
Con los millonarios ERES
hicieron mal sus deberes,
y ahora Marín el bellaco,
sabiéndolo bien Rivera,
el puesto les reitera
para seguir el atraco.
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Por Salvador Freixedo
Último libro del autor:
«IGLESIA, ¡DESPIERTA!»
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