En mis sonetos, por lo general,
arremeto contra algún mamarracho
que suele gozar entre el populacho
de una admiración borreguil total.
Pero en cambio hoy voy a hablar de un chaval
que como deportista es todo un macho,
pero su idea no es hacerse un ricacho.
Su nombre completo es Rafa Nadal.
En las islas de las que él es nativo
hubo unas tremendas inundaciones
y él hizo un generoso donativo,
cosa que no hacen otros ricachones.
Rafa en el deporte de la raqueta
ha ganado la partida completa.
___________________
Por Salvador Freixedo
Último libro del autor:
«IGLESIA, ¡DESPIERTA!»
✉ [email protected]