España a pique en manos de los golpistas.

Si al ciudadano le hubieran dicho hace unos años –pocos—a dónde nos estaba conduciendo este sistema, gobernado por gente en la sombra que casi nadie conoce, no lo hubiera creído. Ahora, muchos ya se están atreviendo a hablar de ellos y a decir sus nombres públicamente. El nombre de Soros aparece cada dos por tres y ya pululan incluso los “sorólogos” youtuberos oportunistas, porque la cosa vende. No me refiero a Rafapal, que lleva toda la vida atando cabos y despejando incógnitas. Sus textos y vídeos son muy aprovechables y es obligatorio leerlos, porque dicen verdades de a puño, aunque, a veces, su afán analítico-profético peque de pelín exagerado. Él cree que se está gestando una guerra civil, cuyo germen es el golpe de Estado catalán, propiciado y financiado por los sionistas. Para entenderlo hay que ir más allá de las politiquerías de andar por casa que nos cuentan las teles y los medios de masas. Los diarios digitales libres y extraoficiales son hoy las auténticas plataformas de información. Lo hablaba con un amigo hace unos días en medio de un pasmo recíproco por la situación actual. Estamos asistiendo al derrumbe de lo bueno y positivo del sistema, como es la defensa de la vida, de la verdad, de la ley, del ciudadano honrado, de las instituciones, de las fuerzas del orden, en fin, de todo eso que crispa a las personas de bien cuando se asoman cada hora a la noticia.

El disparate y el esperpento parecen haberse adueñado de nuestra España. La cosa viene de atrás, pongamos que desde que Zapatero llegó a la Moncloa y se rodeó de aquella panda de indocumentados amorales para desgobernar el país. Es cierto que la corrupción creció con cada gobierno de todo signo, y que el enchufismo, el tráfico de influencias, la prevaricación, el cohecho, con sus tres por cientos, áticos y canales –esas debilidades que padecen los políticos—ya estaban ahí desde el famoso Juan Guerra del cafelito, y no digamos nada si echamos la vista atrás hasta Negrín y el resto de rateros. Pero con Zapatero empezó un tipo de corrupción inédita hasta el momento: la prostitución de la verdad, de lo recto, de los valores. Con él empezó la lluvia ácida que se lanzó sobre la sociedad española para envenenarla moralmente. Y así la encontraron Sánchez y la “sin título”, los nuevos okupas de la Moncloa, sin moral y dispuestos a arrasar, con el empuje de Podemos, los filoetarras, los golpistas y los periodistas que sirven al mal.

Sánchez es enemigo de España y de su historia. Por eso quiere reescribirla y extender la leyenda negra. Sánchez ha puesto de moda que los inmigrantes ilegales salten la valla y lancen “caca” y cal viva sobre nuestros policías. Los manteros intentaron asaltar ayer una comisaría de policía en Benicarló para robar la mercancía falsificada que les habían incautado. No lo hicieron en silencio –que también estaría mal—sino en pie de guerra, increpando a los agentes. En Cataluña, los mossos acosan y detienen a los ciudadanos que no son independentistas. Causa impotencia el pulso al Estado. La que le tenían preparada al juez Llarena no tiene precedentes, pero iba en el pacto de apoyo a la moción de censura. Todo bien pensado para el desprestigio del juez y echar abajo toda la instrucción. Y los golpistas, a casita, a reírse de todos los españoles y a repetirnos la dosis. ¡Un complot digno de pasar a la historia! Los golpistas mandan, y mucho. Sin referéndum no hay presupuestos, dicen. Estaba claro, y sabe Dios que más concesiones dice la letra pequeña.

El Frente Popular del siglo XXI, PSOE y Podemos, se siente nostálgico de su siniestro pasado y quieren reescribirlo. Ojalá la memoria histórica sirviera para sacar a la luz el tema de las checas, Paracuellos, el asalto al Banco de España y el robo del oro, el asesinato de José Antonio siguiendo órdenes de Stalin y el blanqueo de la biografía de Carrillo. Los españoles iban a alucinar. De momento, el gobierno comunista de la Moncloa ha conseguido volver a resucitar las dos Españas y ha vuelto a las andadas. Ya han retirado la misa de la parrilla de la 2 y varias cruces molestas en honor a los caídos. Pero la que más les importa es la más grande, la de 150 metros de alto que domina el valle de Cuelgamuros. Poco les importa Franco en su tumba. Es la cruz lo que les revuelve y les hace vomitar verde. ¡Como a los posesos! Pero, a pesar de la apisonadora de los decretos ley y del abuso de poder al estilo Maduro, creo que la cosa no les va a salir bien. El pueblo español aún conserva cierta cordura y saben que con esta gente vamos a la ruina, en todos los aspectos. España, de momento, no es Venezuela, aunque tengamos en el gobierno a los ideólogos del régimen de Miraflores. A propósito de Podemos y de la cruz que tanto os molesta: tenéis unos angelitos que acaban de nacer y que, por lo que sé, necesitan muchas oraciones para salir adelante. Las mías las tienen. Una cosa no quita la otra.

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Por Magdalena del Amo
Periodista y escritora, pertenece al Foro de Comunicadores Católicos.
Directora y presentadora de La Bitácora, de Popular TV
Directora de Ourense siglo XXI
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Autor

Magdalena del Amo

Periodista, escritora y editora, especialista en el Nuevo Orden Mundial y en la “Ideología de género”. En la actualidad es directora de La Regla de Oro Ediciones.

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