Sánchez inicia la quinta etapa de Zapatero

Así es. Esta es la quinta desde el 14M del 2004. Ahora, con los comunistas radicales, los golpistas y los defensores de la ETA más cerca que nunca, al menos visiblemente. Iremos hablando de esto en los próximos meses fijándonos en lo aparente y también en lo que hay detrás y que nunca nos van a contar los medios.

En mi artículo anterior daba por hecho que la moción de censura presentada por Pedro Sánchez no prosperaría porque el PNV iba a mantenerse “fiel” al gobierno tras haberlo apoyado en los presupuestos. Deduje que el pack incluía, por lógica, no entrar al trapo de Sánchez obligándole a tomar la dirección de la Moncloa por vías más dignas, como unas elecciones generales, dejando a un lado atajos que si bien están contemplados en la Constitución, no son del todo honrosos. Teóricamente, las mociones de censura son constructivas, y en este caso no lo es. Parece que los socialistas no son capaces de llegar al poder a través de los votos tranquilos y reposados de los ciudadanos. Digo tranquilos y reposados porque hay que recordar cómo llegó Zapatero “el presidente por accidente”, después del 11M, tras dos días de manipulación mediática de mentiras –aún no aclaradas— y asaltos a las sedes del PP. Hay que recordar también que Zapatero ganó sus segundas elecciones después de que ETA asesinara a uno de los suyos. Y como hay que ir desempolvando la hemeroteca, pues vienen tiempos locos de sinrazón, ocurrencias y maldades al estilo ZP, pero aumentado, he aquí lo que el periodista Joan Valls publicaba el 23 de enero de 2008, cuando faltaban dos meses para los comicios que darían la segunda victoria a Zapatero, y que titulaba “La ETA frente al 9M”, en el que se preguntaba cuál sería la estrategia de la banda terrorista durante la campaña electoral. Muchos lo habíamos pensado, pero Valls se atrevió a escribirlo. El análisis no tiene desperdicio: “Si a la ETA le interesa prolongar el desgobierno surgido del 11M, habría que temer su irrupción en la campaña electoral con un atentado contra políticos. No se trataría de un atentado indiscriminado al estilo de la T4, sino del asesinato de un miembro del partido socialista”. Un político socialista que no gozara de protección, auguraba Valls. Y continuaba: “Eso, siguiendo el paradigma terrorista, presentaría al PSOE como enemigo declarado de la banda y eliminaría de la retina de los votantes la idea de que Rodríguez Zapatero ha estado dialogando con los asesinos durante parte de la legislatura. Hablamos de lógica terrorista pura y dura. […] En la lógica terrorista, equivaldría a la acción, y la reacción vendría poco después en forma de apoyo electoral al PSOE. Por ello, y dado que nos encontramos a las puertas de una generales decisivas para los terroristas, es imprescindible que todos los políticos españoles extremen las medidas de seguridad”. Curiosamente, y fatalmente por partida doble, las cosas ocurrieron tal cual. El mártir fue Isaías Carrasco, un pobre concejal de Mondragón, en efecto, no protegido. Su sangre y las palabras y lágrimas de su hija Sandra inclinaron la balanza hacia los socialistas. ¡Otra vez la manipulación de las masas a través del dolor!

En esta ocasión, no ha habido muerto real, aunque sí metafórico. El cadáver de Rajoy presidente ya está enterrado sin que doblaran por él las campanas. Fue tan rápido que, visto y no visto. Muchos esperábamos este momento, pero no así. Hubiéramos preferido que el pueblo diera su veredicto en unas elecciones, anticipadas o no.

El sillón lo ocupará durante los próximos meses un ambicioso Pedro Sánchez, vigilado de cerca y presionado por la horda podemita y demás calaña golpista y filoetarra, con quienes mantiene pactos secretos inconfesables. Son los nuevos pactos de la Moncloa 2018, para arruinar a España y servir a intereses dirigidos desde las sombras del mal, los amos del mundo, instigadores del Nuevo Orden Mundial. Hablaremos de esto.

Ahora bien, que Sánchez es un trepa, además de irresponsable, era sabido. Como también lo es que quien nos trajo todo esto fue un Mariano Rajoy que no solo no cumplió su plan de campaña –por el que le votaron once millones de españoles— sino que continuó las políticas de Zapatero llevándolas al extremo. El resultado es una España desencajada y fragmentada, con una masa social radicalizada en el peor de los sentidos. Un Mariano Rajoy que sacó del PP a todos los que no se ajustaban a la nueva línea progre, que rescató a las cajas de ahorros de los políticos con nuestro dinero, que eliminó el derecho a la justicia con el polémico “tasazo”, que no fue capaz de dar marcha atrás a las leyes zapateriles laicistas e injustas que tanto había criticado en la oposición, como la del aborto, la discriminatoria, inconstitucional y esperpéntica Ley de Violencia de género, o la no menos manipuladora Ley de Memoria histórica, redactada para imponer ideas falsas y mentiras, y borrar los crímenes de la izquierda. Eso sí que es una ley mordaza. Voy a dar una pincelada sobre un tema que siempre me llenó de pasmo y de espanto, porque es escandaloso. Se trata del gran atraco al Banco de España, perpetrado por los socialistas, esos que presumen de los “cien años de honradez”. El hecho tuvo lugar la madrugada del 14 de septiembre de 1936. El presidente era entonces Largo Caballero, que había llegado al poder tras ganar unas elecciones de manera ilegal, falsificando el recuento. Un grupo de cerrajeros, sindicalistas y pistoleros de la Motorizada [la guardia personal del líder del PSOE Indalecio Prieto, que dos meses antes había asesinado a Calvo Sotelo] asaltaron el Banco de España, el mismo que hoy vemos en la plaza de la Cibeles. El asalto se hizo por orden del ministro de Hacienda, del PSOE, Juan Negrín. Robaron las que eran consideradas como las terceras o las cuartas reservas de oro del planeta. Un mes después, estos cientos de toneladas de oro salieron en barcos soviéticos rumbo a Odesa. Stalin se quedó con todo. ¿Cuántos españoles saben esto? ¡Cómo va a querer la izquierda que se conozcan sus vergüenzas! Por eso tienen que prohibir por ley que se hable de ello, so pena de multa e incluso cárcel. Lo lamentable es que Mariano Rajoy sea cómplice de la infamia. Lo peor del PP no es haber robado o haberse financiado ilegalmente, sino haber traicionado y arruinado nuestros valores.

Volviendo al tema de la moción de censura, confieso que sigo consternada y sin entender cómo se gestó la operación, aunque vislumbro quién mueve los hilos de todo esto. El catedrático Carlos Ruiz Miguel escribe en Periodista Digital que, posiblemente, se trate de un acuerdo previo entre PP y PSOE para gobernar media legislatura cada uno. Pone el ejemplo de Israel en 1984, donde se dio esta situación y se pactó que Simon Peres gobernara el primer periodo, e Isaac Shamir el segundo. Pero en este caso, el acuerdo se hizo público. A mí no me encaja que haya habido pacto entre Partido Popular y Partido Socialista, por varias razones, que no voy a exponer ahora.

Hay muchas claves que se me escapan. Como a casi todos, porque hay que ver cuánto fabulamos los periodistas. Sin embargo, acostumbrada a ir más allá de los hechos y a fijarme en los autores de la obra y en el tramoyista, que es quien diseña los escenarios que los espectadores ven desde sus butacas, no dejo de pensar en “los amos del mundo” y en el plan que tienen para Europa, a la luz de cómo se está desarrollando todo. Los datos del Ibex y la prima de riesgo –contra todo pronóstico—son indicadores de que hay contentura en las cúpulas. Es pronto para sacar conclusiones, pero todo apunta a que se está decorando el plató para un experimento político-social para la vieja Europa. A los racionalistas dogmáticos me permito recomendarles la lectura de los Protocolos de los sabios de Sión, ya saben, esa obra “falsa”, escrita hace más de un siglo que pinta con exactitud el mosaico de nuestra realidad actual. Quizá también deban darle un repaso al Plan Kalergui, que augura una invasión de gente sin cultura para hacer de Europa una sociedad distinta: “crear una raza mestiza pasiva, indolente y manipulable, de menor inteligencia, sin capacidad para organizarse y rebelarse, por lo cual ni se darían cuenta de que estaban siendo esclavos”. Esto, de facto, se está produciendo. En algunos puntos de nuestro continente funciona la sharia, y lo que es peor, gente enemiga de España y de su bandera y tradiciones están instalados ya en nuestros ayuntamientos, como la perseguidora de policías, Rommy Arce más todos los Pisarellos y Echeniques, que mejor se iban a sus países a dar la tabarra. Pero, claro, allí no los quieren.

No me atrevo a augurar, porque es difícil concretar los tiempos, pero preparémonos para ver disparates, uno tras otro. Nos espera una travesía del desierto de casi dos años, marcada por un tiempo convulso de incertidumbre, desorden y manipulación. Sánchez quiere ganar en las urnas y para ello, aparte de sus radicales que odian a España, va a necesitar los votos de los topmanta, okupas y demás ilegales que Carmena propuso para trabajar en la construcción. La campaña para el 2020 ha comenzado. No sabemos si va a incluir a Podemos en el gobierno, aunque es de esperar que le pague el rédito, si no quiere tenerlo en contra. Aunque, analizado desde otro punto, el distanciamiento del terrateniente de Villa Tinaja podría beneficiar a Sánchez y darle el halo de hombre de Estado que hoy no tiene. Así las cosas, veo más fácil que continúen los acuerdos con el PP, pero no deja de ser un pensamiento en voz alta.

La única esperanza, de momento, es la gente buena que no quiere estos esperpentos y ya está tomando conciencia. Me preguntan a menudo qué hacer, dado que los amos del mundo son los que ostentan el poder y nos tienen en su agenda. Es cierto, y no les falta razón; pero creo que no es lo mismo dejarse engañar por su buenismo y recibirlos con los brazos abiertos que descubrir su treta y ofrecer resistencia. Hoy más que nunca es necesario combatir. Hay que echar de España al siniestro George Soros, que a través de sus fundaciones Open Society financia desde la sombra el golpe de Estado catalán y otros planes nefastos para la humanidad. Esto no es conspiranoia, sino realidad pura y dura. Sebastian Kurz, el jovencísimo líder austriaco, lo acusó de intentar desestabilizar la democracia en el país y le dio un plazo para irse de Austria. ¡Ay, si cundiera el ejemplo!

El deseo que lanzo al cielo es que la pesadilla de estos meses pase cuanto antes y que, en este tiempo, la sociedad civil luche y mantenga viva la esperanza de tiempos mejores. Y hablando del cielo, que se prepare la Iglesia y vaya habilitado sus catacumbas. Sánchez es un “dioclecianín” de nuestros días de dictadura laicista global. Pero avisó. Y el que avisa no es traidor. Así que, preparados.

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Por Magdalena del Amo
Periodista y escritora, pertenece al Foro de Comunicadores Católicos.
Directora y presentadora de La Bitácora, de Popular TV
Directora de Ourense siglo XXI
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Autor

Magdalena del Amo

Periodista, escritora y editora, especialista en el Nuevo Orden Mundial y en la “Ideología de género”. En la actualidad es directora de La Regla de Oro Ediciones.

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