EL BABLE
El rastrero socialismo asturiano,
aprovechado, ramplón y miserable,
está queriendo montar con el bable
un feo chiringuito provinciano.
Cuatro listos le quieren meter mano,
pues encuentran el robo muy viable,
a un dinero cultural inestable
que maneja algún socialista hermano.
El administrador del chiringuito
tendrá un diez por ciento de comisión
de todo lo que reciba el niñito
que será proclamado un campeón,
si la primera cosa que el guaje hable
es decir MAMÁ, muy clarito, en bable.
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Por Salvador Freixedo
Último libro del autor:
«IGLESIA, ¡DESPIERTA!»
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