LOS JUECES ENFADADOS
Que Catalá dimita es natural;
el tío soltó la lengua a paseo
y habló de un juez algo bastante feo,
y a su compadres les sentó muy mal
Pero sería también fenomenal,
y me haría muy feliz, según creo,
si en estos días la noticia veo
que dimitió el Consejo General.
A estos jueces ahora tan ofendidos,
y que protestan tan airadamente,
los hemos visto muy frecuentemente,
estar al servicio de los partidos.
Protestar ahora con tanta prisa
no deja de causarnos mucha risa.
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Por Salvador Freixedo
Último libro del autor:
«IGLESIA, ¡DESPIERTA!»
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