Cayetano González – Elecciones decisivas


MADRID, 30 (OTR/PRESS)

Se podrá discutir la conveniencia o no de la decisión adoptada por Rajoy el pasado viernes de, al mismo tiempo que destituía en aplicación del famoso artículo 155, al Presidente de la Generalitat y a todo su gobierno, disolver el Parlamento y convocaba elecciones autonómicas para el próximo 21 de diciembre. El punto de discusión está en si no hubiera sido mejor esperar un poco más, para que la situación social y de crisis institucional que vive Cataluña se enfriara un poco y entonces sí, llamar a los ciudadanos a las urnas. Pero una vez convocadas esas elecciones -algo que ha descolocado bastante a todo el entramado independentista- de lo que no hay duda es que serán trascendentales, decisivas, para el futuro de Cataluña y por ende para el del resto de España. Con su convocatoria, Rajoy ha hecho una apuesta llena de riesgo: si ganan los partidos independentistas, se volverá a reproducir, de una forma u otra, el «proceso» vivido estos últimos años. Y como mínimo, en caso de resultar vencedores, esos partidos pedirán ir a una solución de un referéndum pactado para decidir el futuro de Cataluña, lo cual conllevaría una reforma constitucional que algunos aprovecharían para más cosas. Si por el contrario, quienes resultan ganadores son los partidos llamados constitucionalistas -PP, Ciudadanos y PSC- entonces el panorama sería radicalmente distinto. Pero no hay que engañarse. O hay un tsunami de votos a esos partidos, o lo normal es que no tengan la mayoría necesaria para gobernar. En terreno de nadie quedaría la marca de Podemos en Cataluña, cuyos escaños pueden ser decisivos para inclinar la balanza en un sentido o en otro. La postura del partido de Pablo Iglesias durante estos meses hace presagiar que los podemitas están más cerca del bloque independentista que del constitucionalista, lo cual por cierto les está creando serios problemas entre su electorado del conjunto de España. La fractura social y política que se ha producido en Cataluña en estos últimos años y que se ha acelerado en los últimos meses no se va a solucionar con las elecciones del 21 de diciembre. Llevará mucho más tiempo coser las heridas que se han producido. Pero al menos, los ciudadanos catalanes tendrán la oportunidad dentro de siete semanas de poder votar -esta vez con todas las garantías y no como en la pantomima de referéndum del pasado 1-0- y decidir con su voto que es lo que quieren para el futuro de su Comunidad Autónoma. Es la hora por tanto de la ciudadanía. Los independentistas son unos maestros de la movilización; los constitucionalistas tampoco les van a la zaga, al menos por lo visto en las dos impresionantes manifestaciones llevadas a cabo en Barcelona el pasado día 8 y este último domingo. El 21-D los catalanes tienen una cita trascendental.

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA

Lo más leído