Pedro Calvo Hernando – Congreso-Cataluña-Izquierda


MADRID, 20 (OTR/PRESS)

También ahora tengo la impresión de que existe un interés muy fuerte por confundir y diluir los grandes mensajes surgidos del Congreso del PSOE, del discurso de Pedro Sánchez y de los primeros análisis todavía impregnados por el entusiasmo renacido. Se equivocarían los socialistas si no acertaran a centrar con fuerza esos grandes mensajes sin dejarse liar por las maniobras de la derecha y sus hábiles aliados. Tiene que quedar meridianamente claro que el protagonismo es para la concepción plurinacional del Estado y para el giro decidido a la izquierda como concreción del cambio que se predicaba. Y añado por mi cuenta que también por la positiva adopción y actualización de la doctrina y el espíritu del 15-M que en la primavera de 2011 revolucionó la piel ideológica de este país y que sirvió para iniciar una transformación que, aunque muy lentamente, se va imponiendo. No creo que PSOE y Podemos se tengan que pelear por apropiarse el 15-M, lo cual sería como traicionarlo. Lo tienen que aceptar y compartir y punto. Sin mirar demasiado a lo sucedido en estos seis años, si no es para corregirlo y luego para olvidarlo tal vez. Que el 15-M les sirva a los dos partidos para dejarse de estupideces y subrayar solo lo que los une.
El reconocimiento de la plurinacionalidad del Estado, pero con la negativa a la segregación de Cataluña, se proyecta como la única vía de solución al principal problema de España para que podamos vivir unidos y felices. Y para deshacer la catástrofe desencadenada por el PP desde que seis años atrás se covirtió en la más eficaz fábrica de independentistas. La purinacionalidad española, señores míos, está en la Constitución desde 1978, nada menos. ¿Pero qué son las nacionalidades si no fuesen naciones?. La consecuencia es la estructura federal del Estado, que está desde siempre en el nombre del PSOE. Ahora, cada uno es libre para no verlo si no quiere.
Y aparte de que no les quedaba otro remedio, el paralelo acierto del PSOE ha sido optar claramente por ese giro a la izquierda, que abre las puertas al remedio de los grandes problemas de España y políticamente al entendimiento entre los partidos de la izquierda, imprescindible para conseguir la tan cacareada y nunca conseguida unidad. A mis lectores les sonará esto, que vengo repitiendo desde hace años con cierta machaconería. Hay quien dice que eso es que el PSOE se podemice y que Podemos se socialice. Tal vez.

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