Fermín Bocos – Alivio en Europa


MADRID, 24 (OTR/PRESS)

Por una vez, las encuestas acertaron. Tras ganar la primera vuelta, salvo catástrofe, Emmanuel Macron va camino de ser el próximo presidente de la República Francesa. Macron disputará la llave del Elíseo a Marine Le Pen, la líder del Frente Nacional, el partido de extrema derecha que en muchas de sus manifestaciones recuerda los postulados clásicos del fascismo de entre guerras en el siglo pasado. Las elecciones francesas han sido un laboratorio. El ascenso relativo (19%) en la primera vuelta de Jean Luc Mélenchon, ex diputado socialista convertido en líder de un movimiento neocomunista que se auto proclama «insumiso» y al que apoyó en campaña Pablo Iglesias cabe interpretarlo como un síntoma del malestar social que atraviesa Europa. Ha recibido el apoyo de quienes se sienten víctimas de la crisis económica, los excluidos a raíz de las reformas laborales introducidas por los diferentes gobiernos de la Unión a partir del 2008. Han votado a Mélenchon pese a que entre otras excentricidades llevaba en su programa la peregrina iniciativa de adherir los departamentos franceses de Ultramar al Alba, la alianza bolivariana fundada por Cuba y Venezuela. Pese a quedar por detrás de Macron y de Le Pen consiguió superar ampliamente a Benoît Amon (6%) el candidato oficial socialista y ese es un dato que deberían analizar los dirigentes del PSOE perdidos como andan en su particular juego de tronos.
Conocido el resultado, otro hecho a tener en cuenta es que François Fillon (19,7 %), el candidato de la derecha republicana heredera del gaullismo, ha sido derrotada por la corrupción. Antes de conocerse el escándalo de los trabajos parlamentarios ficticios de su mujer y de sus dos de sus hijos, François Fillon, iba por delante en las encuestas. Sus afines políticos en España (el PP de Mariano Rajoy, pendiente de declaración en los tribunales en un caso de presunta financiación ilegal), también deberían tomar nota. Es sabido que el sistema electoral francés a doble vuelta permite tomar la temperatura política de la República con mayor fiabilidad que en otros países que se rigen por sistemas diferentes. En la primera vuelta los franceses escogen, en la segunda descartan.
Ya hay una encuesta que pronostica que el próximo 7 de mayo, Emmanuel Macron obtendría por encima del 60% de los sufragios derrotando a Marine Le Pen que conseguiría entorno al 30%. La palabra es alivio, pero no convendría echar en saco roto el ascenso de los partidos extremistas, anti europeos y sectarios. Extrema derecha y extrema izquierda. El aviso a navegantes resulta inquietante.

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