A vueltas con España – Pobres para SnapChat


MADRID, (OTR/PRESS)

SnapChat, una red social y aplicación móvil estadounidense dedicada al envío de archivos que «desaparecen» del dispositivo del destinatario a las 24 horas, no quiere expandirse por «países pobres como España», según trascendió gracias a un extrabajador de la firma desarrollada en 2010 por Evan Spiegel, Bobby Murphy y Reggie Brown, por aquel entonces estudiantes de la Universidad de Stanford, en California. «Es una aplicación para gente rica», asegura el ex empleado que dijo el director ejecutivo de esta compañía de Silicon Valley.
Leída la noticia en España, más de uno no quiso dar crédito a tal afirmación: ¿desde cuándo España es un país pobre? Tampoco faltó quien la aprovechó para deslucir la nueva estrategia de comunicación del Gobierno de Rajoy, que abandera con entusiasmo la recuperación: ya tenemos el mismo PIB que en 2017, dicen los argumentarios que reparte la Moncloa.
Lejos de ambos extremos -por descabellado que parezca menospreciar así a España-, existe un cierto fundamento para la decisión de la multinacional de Evan Spiegel, Bobby Murphy y Reggie Brown. La mayoría de los usuarios de SnapChat tiene una media de 12 a 23 años de edad y España es el tercero de los 41 países más ricos del mundo con mayor tasa de pobreza infantil, solo por delante de Rumanía y Grecia, según un libro publicado por el Centro de Investigaciones Innocenti de Unicef, donde se analiza el impacto de la crisis económica en los niños.
Ambas noticias son prácticamente de la misma semana e invitan a la reflexión, porque el problema de España no está obviamente en que llegue tarde al boom de SnapChat -una red básicamente estadounidense- sino en que muchos de sus niños sean pobres. No se trata de una acusación parlamentaria o de una denuncia de partidos opositores en las redes sociales. Ni siquiera de una tontería de SnapChat. Lo dice el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia.
El problema de esta pobreza -anclada, le llaman los estudiosos en su jerga- está en que alcanza a casi un 40% de la población infantil, con un aumento de nueve puntos porcentuales entre 2008 y 2014. Se trata de una pobreza que crece especialmente en los hogares con niños más pobres, esto es, aquellos en los que viven cuatro personas -dos adultos y dos niños- con menos de 700 euros al mes. Por desgracia, si algún niño rico de SnapChat en EE UU capta la imagen de un niño pobre español su imagen no la hará «desaparecer» SnapChat. Será más eficaz una nueva política del Gobierno.

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA

Lo más leído