Más que palabras – Susana y el guapo


MADRID, 28 (OTR/PRESS)

El esperado aterrizaje de Susana Díaz a la arena de la política nacional se ha explicado de todas las formas posibles, incluso alguno lo definió como el comienzo de algo histórico porque es mujer y quiere llegar a lo más alto ¡menudo argumento de altura!. Eso sí, salvo que lo que se quiera poner encima de la mesa sea esa verdad incuestionable de que las mujeres, en este país, tenemos todavía un pesado techo de cristal que nos corta las alas. De recordar lo mucho que hemos recorrido y lo que todavía nos queda por batallar en términos de igualdad se encargó en el acto de presentación de la aspirante, la exministra Matilde Fernández, con el tono la, fuerza y la convicción de quién ha transitado por el camino completo de la política desde la militancia de base hasta la poderosa posición de Ministra del gobierno de España.
Estuve en el acto de presentación de la candidatura no en la zona de prensa, sino mezclada entre los asistentes para olfatear de cerca la opinión de los socialistas anónimos. Han sido meses de especulación y más allá de la parafernalia o de la muestra de poderío del aparato de antaño, con la asistencia de Felipe, Alfonso, Zapatero y una larga lista de presidentes autonómicos, ex presidentes, exministros, exsecretarios generales, y exaltos cargos de instituciones españolas y europeas lo que se palpaba en el ambiente era una profunda curiosidad por la puesta en escena por ver cómo sería el pistoletazo de salida y la verdad es que, entre los suyos, la aspirante no defraudó. Durante los sesenta minutos que duró su intervención tocó todas las teclas sensibles que hacen vibrar a un socialista y enarboló todas las banderas de la izquierda que otros están dispuestos a fagocitar, insistiendo machaconamente y en un tono rotundamente mitinero en que es la hora de las luces largas.
«Quiero el voto del que no tenga odio, del que no tenga rencor, para volver a ser lo que fuimos. Juntos. Levantando este país. A ganar por España. Por el PSOE. Por los ciudadanos. A ganar». Dijo al final de la intervención dejando claro que su mirada no está en Ferraz sino en Moncloa. Susana Díaz es ambiciosa, como lo son todos los políticos de raza, y posiblemente si fuera un hombre alguien diría de ella que es un «animal político» que ahora tiene que demostrar si de verdad va a saber jugar en primera división en el caso de que sea la ganadora de las primarias ¡cosa que está por ver!.
Hace un par de años me encargaron que le hiciera una entrevista humana, de esas que dibujan lo que no vemos del personaje en su faceta pública y en la entradilla dije, y hoy lo sigo manteniendo, que se sabe poderosa, una de las mujeres con mas poder político en España, pero a su lado lo que resulta más a llamativo es que es directa, intuitiva, y casi nunca da puntada sin hilo. «Se presenta como una mujer simpática, rapidísima en las reacciones, muy espontánea y correcta en las formas, sencilla y también cercana a los ciudadanos. Tal es así que se emociona, se le ponen los ojos acuosos y no lo oculta cuando la periodista le pregunta qué cosas le pide la gente, sus paisanos: «Me piden de todo. Se me parte el corazón viendo tanta necesidad y sobre todo con los abuelos. Te hacen reflexiones que te paralizan como «yo ya he vivido todo lo que tenía que vivir ahora lo que quiero es que mis hijos y mis nietos tengan empleo y puedan vivir dignamente, ayúdenos …». «A veces la realidad te encoge el corazón y te deja sin palabras», me dijo entonces y a través del hilo conductor de la gente corriente fue hilvanando todo un tratado político y colando a lo largo de la conversación todos los mensajes que identificaban al PSOE.
Eso mismo hizo el otro día cuando por ejemplo hablaba de los orígenes humildes de su familia: «yo soy la primera universitaria» y de paso recordaba a la gente que «aunque tiene empleo apenas puede conservar la dignidad» o cuando rememoraba su paso por las juventudes socialistas» fardando de ser la sobrina de Alfonso Guerra, una mentira piadosa» que le sirvió entonces para hacerse escuchar y hoy para reivindicar el legado de los históricos. No citó a nadie pero todos sabían bien que le estaba lanzando un dardo envenenado a Pedro Sánchez al afirmar que ella era 100% PSOE «de un PSOE que pertenece a todos pero no de nadie». O cuándo resaltó que defenderá un proyecto autónomo: «Una cosa es pactar y otra entregar el PSOE o imitar a otro partido».
Habló de ella pero repartió estopa a diestro y siniestro y eso le gusta mucho al personal. Cuando me iba del acto de IFEMA, me encontré en la puerta con uno de esos socialistas que lo han sido todo en política tanto en su partido, como en el gobierno, un hombre que fue temido y admirado a partes iguales y que, aunque han pasado los años, sigue siendo genio y figura: «Es una mujer de partido, una líder nato, que le va a mojar la oreja en las primarias al guapito, ese socialista del último minuto, capaz de vender a su madre y que se acerca a cualquiera que tenga el mínimo poder para recoger las migajas». Lo podía haber dicho más alto pero no más claro. Ahora lo que toca es ver el resultado final de ese duelo entre Susana y el «Guapo». El tiempo lo dirá…

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