Antonio Casado – Capitán Trueno-Sánchez


MADRID, 31 (OTR/PRESS)

No se hizo esperar la reaparición de Sánchez tras el «susanazo» del 1 de octubre. Se lo habían aconsejado sus amigos políticos. Si quería seguir optando al liderazgo del PSOE debía anunciarlo en público cuanto antes, so pena de que el efecto de virgen ofendida se diluyera con el paso de los días. La memoria es frágil y la militancia no está por guardar ausencias sine die.
En su vuelta a los ruedos de la política anunció a punto de lágrima que deja el acta de diputado. Pero sigue en la política con la vista puesta en las elecciones primarias y el congreso federal. O sea, que vuelve a la carretera para reencontrarse con los militantes y hacer piña con ellos por un PSOE «autónomo, unido, fraternal y alejado del PP».
Eso fue pocas horas antes de la segunda votación para investir a Rajoy por mayoría simple (sábado 29, ante los periodistas, sin preguntas). Dijo que renunciaba al escaño por no pasar el trago de abstenerse, que era el mandato recibido por los diputados socialistas. El estaba por votar «no», junto a Podemos, Bildu y ERC, en base a las mismas razones esgrimidas por éstos: no facilitar un Gobierno de Rajoy. Como si el «no» lo hubiera impedido. O como si los 68 diputados socialistas que con su abstención mantuvieron la neutralidad frente al candidato del PP estuvieran felices de volverlo a hacer presidente.
Al día siguiente por la noche prefirió la tele para explayarse. Fue su primer acto de campaña de cara a las elecciones primarias y el congreso federal. El problema para él es que la gestora no quiere un congreso en caliente y, si las cosas se enfrían, me temo que la ambición de Sánchez se puede perder en la polvareda de los acontecimientos venideros.
El caso es que en la tele, a preguntas incisivas de Jordi Evole, ya vimos a un Sánchez en plan capitán Trueno que viene a rescatar al PSOE de las garras del IBEX. Y de las garras del PP, claro, puesto que, según el hasta ahora líder del PSOE, la dirección provisional del partido se ha rendid a los encantos de Rajoy. Significa eso que Sánchez no se ha creído las intervenciones del portavoz parlamentario de su partido y antiguo colaborador suyo, Antonio Hernando, en las que ha dejado clarísimo que el gesto socialista de acabar con el bloqueo institucional no supone ni de lejos renunciar a su reprobación de las políticas del PP ni a su papel de oposición responsable pero exigente.
Además, Sánchez dijo haber descubierto ahora que se equivocó al tachar de «populista» a Podemos, que el PSOE debe acercarse a ese partido y que, si en su día no llegó a un acuerdo con Iglesias, fue porque lo impidieron las fuerzas ocultas del IBEX 35. Es la puesta al día de la conspiración judeo-masónica. Da igual que su víctima clásica (el franquismo) respirase por la derecha. Ahora los presuntos afectados por ese tipo de conjuras respiran por la izquierda. Por una izquierda abandonada por el PSOE, según el reproche televisado del ya ex secretario general.

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