Francisco Muro de Iscar – ¿Y si no se abstienen?


MADRID, 12 (OTR/PRESS)

«Yo soy el sabio en el sillón sombrío», escribe Rimbaud en un poema llamado «Infancia». Al leerlo, pensé en Javier Fernández, el hombre sobre el que ha caído la enorme responsabilidad de iniciar la travesía del desierto que va tener del PSOE en los próximos años. Si alguien piensa que con la decisión de abstenerse o no en la próxima investidura, se acaba el problema, está muy equivocado. Será entonces cuando comience el problema que debe resolver el PSOE. Tendrá que decidir qué quiere ser de mayor -de más mayor-. Si pretende ser un partido moderno de gobierno, implicándose en la reforma del Estado desde el diálogo y el pacto con la otra parte contratante de la política, hoy, el PP, si quiere pelear en el terreno de los arrabales con Podemos o si a lo que aspira es a formar, con ellos una alternativa al centro derecha. Es decir, si quieren estar en el centro, en la izquierda o a la izquierda de la izquierda.
A corto plazo tienen que decidir, si finalmente se abstienen, como casi todos apostamos, cómo va a ser su oposición al débil Gobierno -previsiblemente sin Ciudadanos- en el Parlamento. Aunque va a depender mucho de la posición del PP, el PSOE tiene dos opciones: hacer imposible la gobernabilidad -y, en ese caso, mejor que no se abstenga ahora- o forzar al PP, con el apoyo de Ciudadanos a hacer las reformar que necesita nuestro país y, sobre todo, a hacer unas reformas que duren más de lo que dura un Gobierno de partido, sea el que sea. En educación, en sanidad, en las pensiones, en la fiscalidad, en la Justicia, en el terreno constitucional, en las barreras contra la corrupción. Los ciudadanos lo agradecerían y el PSOE podría decir a los ciudadanos que gracias a ellos se ha reconducido la situación. Si el PSOE se enroca y sólo pone palos en las ruedas de la gobernabilidad, simplemente retrasaremos unos meses la nueva convocatoria electoral. Y eso -elecciones en diciembre de 2016 o en pocos meses- llevaría a lo que ya ha anunciado Javier Fernández: «los diputados que tenemos hoy nos pueden parecer un gran éxito mañana».
Pero, ¿es seguro que se van a abstener? ¿Cuántos? ¿Los del PSC también? Este reto puede sacar a la calle las distintas almas del PSOE y romper el partido en pedazos. Aunque Fernández está cosiendo el acuerdo con un exquisito cuidado -y Rajoy le está ayudando a que pueda hacerlo, evitando todo tipo de presión-, él sabe que puede llegar al Comité Federal con el traje sólo hilvanado y que cualquier tirón puede romperlo. Y que hay muchos, en sus propias filas, que quieren romperlo apelando a los sentimientos de los militantes, antes que de los votantes. Como escribía Rimbaud en el bello poema antes citado, «los senderos son ásperos. Los montículos se cubren de retama. El aire está inmóvil. ¡Qué lejos están los pájaros y las fuentes! Esto sólo puede ser el fin del mundo, que avanza». Si los políticos leyeran más poesía, tal vez sería más fácil ponerles de acuerdo. El PSOE debe pensar qué debe hacer para avanzar, para evitar retroceder.

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