Pokemon go y el Pikachu que causó epilepsia en Japón


El proyecto de uniformizar y aborregar a la sociedad continúa su línea de ascenso y abarca cada vez a un target más amplio. Niños, adolescentes y adultos de cualquier raza, cultura y condición se han contagiado de la peste Pokemon –mucho más peligrosa que la bubónica o cualquier otro de los virus modernos— porque ataca directamente a las neuronas a las que anestesia para dejarlas morir lentamente. Ya se está notando esto en la sociedad y, consecuentemente, en los políticos. No sé cuántos de ellos habrán sustituido el Candy Crash por el Pokemon go, mucho más sacrificado, porque hay que caminar lo suyo. Aunque siempre les quedarán los muñequitos de las cámaras, que alguno sí parece que hay.

Desde que a mediados de julio irrumpió en el mercado el Pokemon go –que alguien me diga por qué le ponen tilde—, incluso la prensa denominada seria habla de él, ya no como hecho digno de análisis sociológico o como fenómeno de masas, sino informando con total seriedad sobre datos estadísticos e incluso dando consejos sobre cómo ser más exitoso en las monterías y recechos de los Pokemon. Cazar a Pikachu parece tener cierta dificultad y han aparecido asesores en la red y en la prensa de papel para solventar este problema. Así lo comentaba el periódico Clarín de Buenos Aires: “Si queremos que Pikachu sea nuestro primer Pokemon, tenemos que rechazar a Bulbasaur, Charmander y Squirtle al menos cuatro veces, pasando e ignorándolos cuando aparezcan en nuestro mapa. Tras hacerlo un mínimo de cuatro veces, Pikachu comenzará a aparecer para capturarlo y conseguir así nuestro primer Pokemon”. ¡Esto sí que es una buena noticia! ¿Tendrá Macri ya su Picachu? ¿Y Cristina Kitchner? Rajoy no creo; no le pega nada esta frivolidad, aunque sea capaz de otras cosas condenables.

Pero, haciendo memoria, este Pikachu, como que nos suena y mucho. Hace casi veinte años que fue tema de un artículo que escribí sobre los mensajes subliminales en los dibujos animados, a propósito de un episodio que llevó a este personaje de Pokemon a las páginas de todos los boletines del mundo. Así lo publiqué en su día: “’Alrededor de seiscientos niños en Japón tuvieron que ser hospitalizados después de visionar el último capítulo de una serie de dibujos animados’. Los niños padecían epilepsia fotosensitiva inducida o epilepsia de grupo. Esto causó una gran alarma social, por lo que la cadena de televisión está haciendo una investigación sobre el hecho. El programa es de la serie Pokemon inspirado en un juego de Nintendo del mismo nombre. El último episodio de la serie, televisado el martes 16 de diciembre de 1997 incluía una escena en la que había una gran explosión que llenaba toda la pantalla, acompañada de luces estroboscópicas seguidas de un flash blanco. Al final, aparecía Pikachu echando llamas rojas por los ojos. La secuencia duraba solo cinco segundos, pero provocó ataques, vómitos, irritación en los ojos y desequilibrios en la respiración. Según los expertos, después de jugar varias horas con videojuegos o estar sometidos a una luz muy intensa como los destellos blancos y rojos que lanzaba el protagonista Pikachu, se produce una activación neuronal desordenada que se manifiesta con convulsiones, desviación de la mirada y náuseas, síntomas padecidos por los pequeños televidentes nipones. Uno de los niños manifestó: ‘Yo estaba tumbado viendo la serie y lo siguiente que recuerdo es cuando me llevaban en una ambulancia al hospital’. La mayor parte de los niños hospitalizados fueron dados de alta enseguida; sin embargo, veinticuatro horas más tarde, 120 de los afectados permanecían aún ingresados. El doctor Tsuyoshi Akiyama, especialista en epilepsia en un hospital de Tokio dijo al respecto: ‘Lo que es único, o muy extraño en este incidente es que hayan sido afectados tantos niños al mismo tiempo. Los productores del programa deberían usar efectos más moderados’. (Del Electronic Telegraph, Londres, 18 de diciembre de 1997)”. Nunca se publicó el resultado de la investigación. Lo cierto es que este verano el amarillito Pikachu vuelve a ser noticia porque no se deja cazar fácilmente.

Los expertos en esta nueva cosa llamada realidad aumentada hablan del hito Pokemon go como un ejemplo de lo que podría considerarse un antes y un después en el mundo virtual de Internet, ya no como juego o divertimento, sino como estrategia de posicionamiento y venta. En el fondo de todo, siempre se esconde el dios dinero. No importa si beneficia o perjudica a la sociedad. “Es la economía, estúpido, que decía aquel”.

Pero, con independencia del poder que pueda tener como arma de negocio, me parece antiestético, por no decir otra cosa, ver a tanta gente desquiciada cazando muñecos virtuales. Lo peor es que los padres no pueden aconsejar, porque también están enviciados y deambulan errantes y ansiosos por las ciudades en busca de la pieza.

Ah, me olvidaba: si con la fórmula que nos dan estos expertos no pueden atrapar a Pikachu, siempre les quedarán los huevos. Dicen que cuantos más incuben, mejor. ¡Tanta cosa virtual para acabar siendo simples granjeros!

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Por Magdalena del Amo
Periodista y escritora, pertenece al Foro de Comunicadores Católicos.
Directora y presentadora de La Bitácora, de Popular TV
Directora de Ourense siglo XXI
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Autor

Magdalena del Amo

Periodista, escritora y editora, especialista en el Nuevo Orden Mundial y en la “Ideología de género”. En la actualidad es directora de La Regla de Oro Ediciones.

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