Victoria Lafora – El empujón.


MADRID, 25 (OTR/PRESS)

Los compañeros del Partido Socialista han dado un evidente empujón a Chaves y a Griñán para «ayudarles» a tomar la decisión de dejar, o a decir que lo van a hacer, el asiento parlamentario que les protegía de la juez Alaya. No ha sido un gesto imperativo, no se les ha señalado la puerta a gritos, simplemente se les ha sugerido que no estarán en las próximas listas electorales con fecha inminente. De ahí la distinta reacción de uno y de otro. Griñán tiene los días contados. Faltan pocas semanas para que el Parlamento andaluz designe a los nuevos senadores y evidentemente, con el lío que tiene Susana Díaz con su investidura, él no iba a ser uno de los elegidos. Se le ha dejado elegantemente anunciar su retirada. Es el que lo tiene más complicado porque su vuelta a la justicia ordinaria de Sevilla, sin saber si es imputado por el Supremo, está próxima.
Al final, Griñán se va enfrentar cara a cara con Alaya en un interrogatorio que había sorteado durante años y a la que acusa de especial inquina. No es el mismo caso que Chaves quien seguramente no pase por ese trago, ya que a la juez sevillana le quedan meses en su plaza. Chaves se aferra al escaño del Congreso y no lo dejará hasta el fin de la legislatura. Para entonces es probable que sepa de su imputación por el alto tribunal. Esa es la única y cierta razón de su dimisión en diferido.
Para los antaño íntimos amigos, que compartían fines de semana familiares y que ahora mantienen una distante y fría relación, la declaración de Griñán, anunciando que se va, ha dejado en muy mal lugar a Chaves y ha supuesto la ruptura definitiva. Este último aseguraba a la Cadena SER que le hubiera gustado poder administrar sus tiempos y que no era un supermán que venía a salvar la gobernabilidad en Andalucía.
Teniendo en cuenta que todavía no han sido imputados y sus largos años de disciplina socialista, ambos confiaron en el apoyo de sus compañeros de siglas hasta el final. Parece mentira que no supieran que los partidos políticos son organizaciones sin alma y sin sentimientos que no dudan en dejar en la cuneta a todo aquel que suponga un obstáculo para alcanzar el poder. En cualquier caso, si tan seguros están de su inocencia, de que no les llegaron los informes de la intervención del Estado advirtiéndoles de las irregularidades en la concesión de las ayudas públicas, nada han de temer ni en el Supremo ni en la Audiencia de Sevilla. Y con su salida de ambas cámaras se cumple el último paso de la asunción de responsabilidades políticas por lo que el propio Griñán calificó de «gran fraude».
La ciudadanía espera ahora que el resto de los partidos, con el PP a la cabeza dado que es el paradigma de la corrupción por el ingente número de corruptos en sus filas, sigan la misma senda. En Génova, el abandono de Chaves y Griñán, tiene que ser un disparo de salida para empezar a vaciar la sede de dirigentes sospechosos de meter la mano en la caja pública. Entre otras cosas porque se les está acabando el «y tú más». Si no la hacen ellos, los votos los echarán de las instituciones.

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