Carlos Carnicero – El PSOE sin relato no es capaz de sorprender.


MADRID, 18 (OTR/PRESS)

No hay nada más demoledor que lo previsible. Les ocurre a los dos grandes partidos. Puedo ver los noticiarios sin sonido y sé perfectamente de lo que está hablando Rajoy. La sorpresa no existe e incluso la modulación de los discursos está impostada de otro anterior. Le ocurría a Rubalcaba; sin sonido, los movimientos que hacía con las manos, como si estuviera pelando gambas, me indicaban el calibre de su ironía con frases de laboratorio.
Seguro que también le ocurrirá pronto a Pablo Iglesias. Cuando camina hacia el estrado, con los pantalones caídos y aplaudiendo desde la distancia máxima que le permiten sus reducidos hombros, se pueden adivinar la dirección de sus diatribas, aunque no todavía con suficiente precisión. Su novedad le sigue permitiendo la sorpresa. Y sus líderes si pueden ser impredecibles porque están un poco perdidos y son capaces de solicitar la liquidación de la Semana Santa Sevillana. Como las procedencias de los militantes de Podemos son múltiples, nos obsequiaran con sorpresas que tendrán que deshacer los comisarios políticos.
El PSOE está amenazado por la frescura y el atrevimiento de Podemos. Pablo Iglesias se mueve bien en los escenarios y el cinismo de poder decir a la vez una cosa y la contraria promueve la atención sobre él porque todavía no ha desnudado un pensamiento que en el fondo es múltiple y contradictorio. Intuyo un ramalazo autoritario que a veces no puede ocultar.
A Pedro Sánchez todavía le pesa mucho la sombra del viejo PSOE y la vigilancia perversa que sobre él ejerce Susana Díaz, que parece que le hace el favor de permitirle ser el líder provisional del PSOE hasta que ella decida quitarle la silla. Es curioso, Susana Díaz fue elegida a dedo y no se ha confrontado todavía con las urnas. Y desde esa posición precaria se da el lujo de perdonarle la vida al secretario general del PSOE hasta que las elecciones dictaminen su viabilidad para que entonces la presidenta de Andalucía, a la que no votaron los andaluces, decida si puede seguir siendo el secretario general del PSOE.
El reto del PSOE es demostrar una mutación desde el lugar en el que lo dejaron Zapatero y Rubalcaba. Tiene que elegir entre el atrevimiento de un discurso rompedor, que sitúe la igualdad y la defensa de los desfavorecidos como una prioridad que no se ahogue en una obsesión por el centro.
Solo así podrá romper una dialéctica excluyente entre Mariano Rajoy y Podemos. El orden frente al caos. Si Pedro Sánchez logra situar la polémica electoral entre el cambio y el caos, tendrá éxito. Y lo primero que tiene que hacer el PSOE es tener imaginación para marcar la agenda política.
Espero tener que ver los telediarios en los que aparezca Pedro Sánchez con sonido, y que el interés por lo que diga me exculpe la obligación de adivinar lo que va a decir. No se si es pedir demasiado.

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