Cayetano González – Historia del pasado


(Esta firma sindicada sustituye a otra anterior, ya enviada, del mismo articulista).
MADRID, 15 (OTR/PRESS)

Parece evidente que el Presidente del Gobierno o algunos de sus asesores han reflexionado durante el fin de semana y han llegado a la conclusión de que la frase pronunciada la pasada semana por el jefe del ejecutivo en un foro empresarial celebrado en Madrid en el que dijo textualmente: «en muchos aspectos la crisis es historia del pasado y estas Navidades van a ser las primeras de la recuperación», merecía una matización y esta ha llegado durante el acto de firma del programa de la activación del empleo en el que han estado presentes los máximos responsables de las organizaciones empresariales y sindicales. En su matización Rajoy ha aclarado que «la crisis es historia del pasado pero no lo son sus secuelas», añadiendo que la recuperación no será completa «hasta que no llegue a cada hogar y a cada persona que no tiene trabajo».
Ha hecho bien el Presidente del Gobierno en matizar cuanto antes sus palabras de hace unos días, porque cuando en España hay, según los últimos datos oficiales referidos al pasado mes de noviembre, un total de 4.512.116 personas en paro; o hay 1.700.000 hogares donde ninguno de sus miembros tienen ingresos; o muchos jóvenes tienen que emigrar a otros Países porque aquí no encuentran empleo, haber afirmado, sin más, que «la crisis es historia del pasado» parecía, al menos, un poco temerario.
Negar que hay algunos datos macroeconómicos que indican que la recuperación, aunque de manera lenta, ha comenzado, es una cosa y asegurar que la crisis es «historia del pasado» es otra muy distinta. A Rajoy seguramente le gustaría que los datos positivos que sus ministros económicos o sus asesores le ponen encima de la mesa fuesen compartidos y percibidos de esa manera por el resto de los ciudadanos y eso no es así. La recuperación económica no es percibida todavía como tal por la opinión pública y me temo que aún pasará bastante tiempo hasta que eso suceda.
El problema que tiene Rajoy es que desde que llegó a la Moncloa ha jugado su futuro político a una sola carta: a la salida de la profunda y grave crisis económica que heredó del ejecutivo anterior. Y el tiempo se le acaba, porque hay elecciones municipales y autonómicas dentro de cinco meses y generales en un año. Pero el Presidente del Gobierno no debería confundir ni mezclar sus intereses electorales y partidistas con los de los ciudadanos. Cuando un País como España tiene una tasa de paro cercana al 24%, o cuando sólo el 9% de los contratos que se hacen en la actualidad son indefinidos y el resto precarios, hay que tener mucho cuidado con las cosas que se dicen. Insisto, ha hecho bien Rajoy en matizar este lunes sus palabras de la pasada semana y debería sacar una pequeña lección de todo esto: toda prudencia es poca cuando se habla de las cosas que afectan directamente al bolsillo de los ciudadanos.

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