Carmen Tomás – La corrupción lo empaña todo


MADRID, 28 (OTR/PRESS)

Llevamos ya seis años durísimos de crisis. En este largo y doloroso tiempo, los sacrificios de los ciudadanos han sido enormes en forma de despido, de menor salario, de reducción de algunas prestaciones, de desahucios, de cierre de empresas, de pérdida de autónomos. En definitiva, de mucho paro y de destrucción de tejido productivo. Muchas ilusiones se han visto truncadas y millones de españoles han necesitado ayuda para cubrir sus necesidades básicas. El gobierno del PP llegó con un bagaje importante de credibilidad en materia económica y también ética. La prueba son los 11 millones de votos logrados en las elecciones. Pero, como dijo el lunes Esperanza Aguirre, la corrupción ha logrado dilapidar ese tesoro y hay que reaccionar. Y es así. Tendrían que ponerse a la cabeza de la manifestación. Ya no le basta a los ciudadanos con las promesas de que se van a tomar medidas. Ni siquiera en estos momentos consuela que mejore el empleo o el déficit, que se vendan casas, que se concedan hipotecas o que los bancos españoles estén saneados. Ni siquiera que la credibilidad de España como país esté por encima de otros como Italia o Francia. La corrupción lo empaña todo. Da igual que sean comisiones de tramas mafiosas, fondos de formación o de expedientes de regulación de empleo irregulares. Ni siquiera que sea por el uso de tarjetas negras al fisco o agujeros millonarios en las Cajas de Ahorro. Y lo peor, es indiferente si es el PP, el PSOE, IU o los sindicatos UGT, Comisiones Obreras o la patronal. La corrupción cabalga. Es interesante que salga, dicen. El estado de derecho está funcionando, los casos salen a la luz caiga quien caiga y los culpables lo van a pagar. Esto es sin duda importante, pero sinceramente no creo que sea suficiente para amortiguar el asco y la vergüenza que sentimos ante tanto corrupto.
Ahora no es como en los primeros años noventa, cuando nos desayunábamos con casos y casos de corrupción. Entonces hasta vimos en la cárcel al gobernador del Banco de España. Sin embargo, entonces el PP no había gobernado y no existía Podemos. El sistema tiene que reformarse de raíz y a eso deben dedicar todo su tiempo los políticos limpios que son mayoría. No ayuda que el PP y el PSOE sigan a estas alturas echándose la porquería unos a otros o que IU se haga el nuevo. Hace falta un pacto político de altura por encima de los intereses partidistas. Lo que importa es en este momento España, que está amenazada por un partido que propone soluciones que nos llevarían al abismo, tanto en el terreno económico como en el de las libertades. No parece que se vislumbre la generosidad, a pesar de que el sistema del que disfrutamos es el mejor. Hay, además, que poner todos los medios humanos y técnicos posibles al servicio de la justicia para que los casos no se eternicen en los tribunales. Así que manos a la obra o nos quedaremos sin país.

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