Victoria Lafora – Las quinielas.


MADRID, 13 (OTR/PRESS)

Ana Botella, descartada por su partido de la batalla por la alcaldía de Madrid dadas sus escasas posibilidades de revalidar el puesto, ha sido la primera en dar el pistoletazo de salida a una campaña de la que Rajoy no quiere ni oír hablar, de momento.
La muerte de Emilio Botín y el éxito de público de la manifestación de la Diada ha relegado a un segundo plano la retirada de la mujer de José María Aznar, pero sus contrincantes, Esperanza Aguirre y Cristina Cifuentes, ya se han lanzado a la arena y, en contra de las órdenes del presidente de su partido, están en todos los medios. Más discreta, la vicepresidenta del Gobierno, Sáenz de Santamaría, que tiene aspiraciones de mayor envergadura que la alcaldía de la capital, cierra la terna, por ahora.
Conociendo a Rajoy, es más que probable que en el último momento se saqué un tapado de la manga y acabe con las expectativas de Aguirre y Cifuentes. Todo va a depender de las encuestas. Porque, si Aguirre sigue bien colocada, como hasta ahora, se tragará la falta de simpatía mutua y la dejara intentarlo. El PP no puede permitirse perder Madrid porque ello arrastraría también a la Comunidad. Y bastante mal lo tienen ya en Valencia como para no asegurar la capital.
Lo cierto es que la guerra de nervios ya se ha desatado entre los titulares de diferentes alcaldías al ver que no se ratifica a nadie. La penúltima en visitar Moncloa, para ver si sacaba algo en claro, ha sido Rita Barbera, quien ha salido como entró; con una respuesta tan ambigua, y tan de Rajoy, que lo mismo quiere decir «confío en ti» que «ya veremos».
Ignacio González, que respiró aliviado ante la retirada de Botella, lleva semanas clamando por su nominación, pero se topa con un muro de silencio de Génova y del presidente. Alberto Fabra ya se ha dado cuenta de que lo han dejado caer y que su partido lo da por amortizado.
Pero no sólo en el PP se ha desatado la guerra de nervios. Izquierda Unida anda tirándole los tejos a Podemos y ya no saben que hacer para que los de Pablo Iglesias les quieran. Incluso estarían dispuestos a votar a Monedero con tal de rascar bola. Monedero, que ha pasado de la Universidad a la política como quien se tira en paracaídas, se apunta en su haber, incluso, la abdicación del Rey. Demasiada fatuidad para un recién llegado.
En Coalición Canaria, el presidente Paulino Rivero ha sido derrotado en el consejo político de la formación por el alcalde la La Laguna, Fernando Clavijo, y renuncia a un tercer mandato. Ni siquiera su campaña contra la prospecciones petrolíferas de Repsol le ha válido para que su partido le revalidará la confianza.
Y en el PSOE, mientras sigue la incógnita de quién se presentará en Madrid, donde las encuestas dan a Gómez unos resultados penosos, Pedro Sánchez se ha apresurado a confirmar que peleara en las primarias por ser el candidato a la Moncloa. Se acerca tiempo de elecciones y todos quieren estar en la línea de salida.

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