Victoria Lafora – Cuidado, vienen más recortes


MADRID, 23 (OTR/PRESS)

Aunque este era el año de la recuperación, aunque ya habíamos atravesado el Cabo de Hornos, aunque habíamos dejado atrás lo peor de la crisis, vienen nuevos recortes. Hacienda y las Comunidades Autónomas llevan meses preparando un catalogo de nuevos zarpazos al estado del bienestar, representado por la Sanidad y la Enseñanza públicas. Las propuestas autonómicas son tan salvajes que ahora todos niegan su autoría y, al borde de las elecciones, solo les falta cantar «pío, pío que yo no he sido».
Pero Cristóbal Montoro, que tampoco está dispuesto a cargar con el marrón después de defender que somos la admiración de Europa y parte de América por la asombrosa recuperación económica protagonizada por su Gobierno, declara que el compendio de medidas, que estudiará la semana que viene, recogen los pliegos remitidos por los responsables autonómicos. Entre ellas, volver a retirar la paga a los funcionarios o aumentar nuevamente su jornada laboral. Meter todavía más niños en las aulas o reducir el complemento del 10% de los profesores.
En cuanto a la Sanidad, y coincidiendo con el cierre de plantas en verano que ha llevado a los pacientes del hospital catalán de Bellvitge a atrincherarse en sus camas, regresa la pretensión del copago, no solo farmacéutico, que también, sino que, además, se pretende cobrar por las urgencias, por faltar a una cita, o por ocupar una cama de hospital.
Montoro, incluso, ha llegado a decir que algunas medidas son tan extralimitadas que el Gobierno no las puede asumir. Recordando los recortes, que al ministerio de Hacienda no le resultar «insoportables», podremos darnos cuenta del tenor de las que vienen.
Así no resulta llamativo que, desde todos los puntos de España, surjan en tromba voces desmintiendo su autoría y culpando a las Comunidades más endeudadas de querer arrastrar a todas en el descrédito.
La clave es como compatibilizar los intereses políticos de un año electoral, con el riesgo de que PP y PSOE pierdan comunidades y capitales importantes, con estas medidas que solo van a acrecentar la brecha social. Cuando se anunció a bombo y platillo la nueva reforma fiscal con la reducción del IRPF, causada por la mejoría económica, no se explicó la contrapartida: a menos ingresos, menos derechos. No se contó que la reducción impositiva que permitiría al PP recuperar votos de su electorado iba a tener la contraprestación de un nuevo recorte en el corazón de la empobrecida política social.
La sensación de que la salida de la crisis solo afecta, de momento, a los que menos lo necesitan, aumentará al ver lo público desaparecer por el sumidero del encaje del déficit. Sobre todo cuando ese déficit ha sido provocado por la mala gestión de unas autoridades que convirtieron su paso por el poder en un monumento a la megalomanía.

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