Cayetano González – Elecciones Europeas


MADRID, 21 (OTR/PRESS)

Dentro de treinta y tres días, el domingo 25 de mayo, los españoles hemos sido convocados a las urnas para elegir a nuestros representantes en el Parlamento Europeo, al igual que harán el resto de países que integran la Unión Europea. Esta cita electoral será la primera de una serie -las autonómicas, municipales y generales tendrán lugar el año que viene- que sin duda marcará la agenda política de los próximos meses. Y eso sin contar con lo que pueda pasar en Cataluña, donde el presidente de la Generalitat tiene en su mano adelantar las elecciones en esa Comunidad si al final, como todo parece indicar, el manido referéndum pro-independencia del próximo 9 de noviembre no se puede celebrar por ser manifiestamente ilegal.
Aunque los «políticamente correctos» dicen que en las elecciones europeas hay que hablar de Europa y de sus Instituciones porque lo que se decide en ellas influye cada día mas en nuestras vidas, y es verdad, a nadie se le oculta que tanto la campaña electoral que comenzará el próximo 9 de mayo como el propio resultado electoral del 25-M serán analizados en clave nacional. Todas las encuestas conocidas apuntan a día de hoy a lo que se denomina «empate técnico» entre el PP y el PSOE, aunque con una caída importante en intención de voto en ambos casos.
Que el PP saque un voto más que el PSOE o viceversa no tiene el mismo significado. Si es el PSOE quien gana estas elecciones, eso producirá una alarma importante en los populares, que verán cómo transcurridos sólo dos años y medio de la holgada mayoría absoluta que tuvieron en las generales de noviembre de 2011, esta se empieza a esfumar y puede ser un presagio de lo que está por venir en las próximas citas electorales. Pero si es el PP quien saca un voto mas que los socialistas, serán estos los que verán agravada su crisis interna, que obligará a un cambio de líder en las elecciones primarias que tienen previsto celebrar a finales de año.
Hay además otras incógnitas por resolver en estas elecciones europeas. Por ejemplo, hasta dónde llega el nivel de abstención, que puede ser muy alto, debido en gran parte al enorme hastío ciudadano hacia la clase política. Si la abstención, por ejemplo, se acerca al 60%, ¿no tendría que ser eso un motivo de grave preocupación de los actuales dirigentes políticos e institucionales? También está por ver cuánto crecen partidos como IU o UPyD y si las nuevas formaciones políticas -Movimiento Ciudadano y VOX fundamentalmente- consiguen hacerse un hueco en el mapa electoral. La mayor parte de esas incógnitas no se podrán despejar hasta que se cuenten los votos la noche electoral. A partir de ahí, todos mirarán a las siguientes elecciones: las municipales y autonómicas en la primavera del próximo año.

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