Han coincidido a la hora de morir dos ilustres personajes, gallego uno y asturiano el otro, Alfonso Armada y José Cosmen, que posiblemente nada tuvieron en común en su larga trayectoria vital, 93 y 85 años, que su excepcional capacidad de iniciativa. Armada fue el impulsor del golpe de Estado de 23-F.
Llegó a interpretar que el Rey quería un cambio de timón y que ese cambio suponía el regreso de posmilitares al mando. De él mismo. Yo tuve oportunidad de conversar largo y tendido con él, en su pazo-vivero gallego, entre camelias. Por cierto, una que me regaló entonces aún vive. Ha sobrevivido al exgeneral. Armada siempre estuvo convencido de que actuaba según la voluntad y el deseo del Rey.
El otro ilustre fallecido, José Cosmen, asturiano de pro, tiene en su haber el lanzamiento de una empresa, Alsa, que primero triunfó en España y luego trasladó las razones de su éxito a China, nada menos. Cosmen también demostró una extraordinaria capacidad de emprendimiento e iniciativa, nadie lo duda.
Los dos personajes “del norte”, se han ido “a cabalgar juntos” a nuevas aventuras. Sólo los ha unido la fecha de su desaparición de escena, de su mutis definitivo del teatro de la vida. El balance de uno y de otro es tremendamente desigual. En la carrera de Armada hubo un borrón descomunal, que anuló muchos años de servicio y posibles buenas intenciones. En el balance de Cosmen hay un espectacular servicio a la marca España, antes de que la marca España fuera “producto de exportación”.
Nada puede haber más desigual que las necrológicas de esta pareja de –cada uno a su modo- patriotas.
