ANTITÓPICO SOCIALISTA (II). Centuria, honradez y Neoconsocialismo.

(Véase: «ANTITÓPICO SOCIALISTA (I). A propósito de la eternidad del PSOE de las JONS.»

TRILEROS DOCTORADOS EN LA EXPLOTACIÓN DE TÓPICOS SOCIALES.
El tópico de “la honradez socialista” se inscribe, a su vez, en el doble y manido tópico de los (sus) «“cien años”-“de honradez”», que, por un lado, presupone el tópico sillar de la centuria como fundamento pétreo de un fragmento de realidad —“El Partido”—, indesmoronable, por lo visto, a tenor de una permanencia histórica de cien o más años; en razón, pues, de una irracional razón-cuantitativa basada en la mera acumulación cronológica de años: una determinada cantidad de años enajenada de la necesaria y efectiva —no, pues, meramente nominal— cualidad ética de los mismos, es decir, en razón de una sinrazón, puesto que si por algo se caracteriza la razón, ese algo es su cualitativa (no cuantitativa) sustancia lógica. Una razón privada de lógica, por encima de i-lógica, constituye una razón forzosamente insustancial.

Y por otro lado, como si la congruencia moral funcionase por trienios, dicho doble tópico, lleva asociado, también, el de “la honradez socialista”: especie de jaculatoria sectaria, además de hiperbulimizada hasta la indigestión social, no tanto por sus intragables dosis de reiteración como por la incongruencia de ser una honradez sistemática y manifiestamente deshonrada por la propia trayectoria neoconsocialista que, con palmaria estafa, se pretende hacer pasar por socialdemocracia.

El socialismo neocón es el principio hético de la doctrina neoconsocialista, por tanto de nula ética, mediante el cual una secta de caraduras aspira a justificar públicamente la contradicción sociodialéctica expresada en la cláusula “se puede ser socialista a la vez que rico”. Pero un principio hético, con excrementicia “h” de hez, no es más que un principio retroalimentado en la moral de los esfínteres. Un principio tal, que sólo puede apelar desde el fondo de la inmoralidad personal a una pseudolegitimidad auspiciada a todo trance en el Derecho positivo, es el que en nuestro tiempo fundamenta la prostitución máxima del autodenominado progresismo socialista, la cual, materializada por trileros doctorados en la explotación de tópicos sociales, en cuanto que acción política, se articula siempre en un inevitable consorcio de recíprocos auxilios.

La postulación de una moral inelegante en lo social supone el anonadamiento ético, porque la ética, adscrita al universo de los deberes, debe postularse estéticamente (nulla etica sine aesthetica), de manera elegante, y no, como tradicionalmente se pensaba, al revés: pretendiendo hacer de ella una abstracción autofundada y fundante de las acciones personales. Lo ético ni se sostiene ni se puede entender al margen de la trayectoria personal de las costumbres elegidas, las cuales, según sea el septentrión o desnortamiento axiológico de las mismas, valdrán moralmente más o menos en función de los valores constitutivos de unas u otras costumbres. Recuérdese que el vocablo moralis (moral en latín) procede de mos, moris: costumbre, uso; lo mismo que, para el caso, elegantia (elegancia) de eligere: elegir o escoger. Tal es el imperativo moral de la elegancia que en la vida no queda otra que escoger: hay que elegir; o más propiamente, en la vida, cada vida debe “elegir entre”, sobre todo cuando lo elegible acude a nosotros en términos de síntesis contradictoria y, por lo tanto, moralmente insalvable. Esto es lo que acontece con “ser socialista” y “ser rico”.

Entre socialista y rico no resta más solución moral que la de optar por lo uno o por lo otro. ¿Desea usted la riqueza? Magnífico; lo mismo que si desea usted ser socialista. Pero parejamente a como no se puede sorber y soplar a la vez, tampoco se puede ser, a la vez, rico y socialista. Por ello, la disyunción moral se impone: se es, o se desea ser, lo uno, o se es, o se desea ser, lo otro. Tertium non datur. Tampoco en el trile existe tercera posibilidad alguna. Y sin embargo…, he aquí, ¡perplejidad de perplejidades!, que el neoconsocialismo progresista —que nada tiene que ver con la doctrina solidaria del Progreso Social, y sí, en cambio, con el Progresismo entendido como progreso-de-uno-mismo— pretende haber encontrado la tercera vía posible: la del socialismo de ricos, y con ello el camino expedito a la tercera posibilidad a través del neoconsocialismo. La tercera posibilidad es el círculo cuadrado, el gigante enano de los circos, la contraditio in terminis, el socialismo de ricos. Pero sólo los trileros pueden hacerse efectivamente ricos sin perder, social y políticamente, la condición de socialistas. Entretanto, los parroquianos del trile, sus víctimas, boquiabiertas, procuran también para sí la tercera posibilidad de “la izquierda”: poseer la riqueza sin tener que deponer el puño. Es el nuevo becerro de oro del socialismo planetario —gran invento español—, que sólo a los trileros del neoconsocialismo, y sólo a ellos, permite predicar en España la solidaridad socialista a la vez que disponer de mansiones en los más paradisíacos rincones del globo.

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EL VERDADERO AMOR SE AHOGÓ EN LA SOPA…
Ello explica que el neoconsocialismo sea la ideología que hoy preside el norte mental en el PSOE de los nuevos-ricos: de los rico-socialistas, como Pepunto Rubalcaba, el millonario del Skoda rojo-Rodiezmo; como los dos Pepes que viven como Pepes: Pepe Bono, el pojtulante a la Guardia de Franco, cuyo patrimonio, a razón de 9.000 euros anuales por hogar, podría evitar el hambre y la miseria a cientos de familias, sin apenas tener que perder su estatus “crijtiano-socialijta”; y Pepe Blanco (el acusador acusado), alias Pepiño el de las gasolineras…, y Villa PSOE, y el chalé con garita sobre acera de uso público y… ya se verá.

Sí, ese PSOE de los rico-socialistas; los mismos que por delante se flagelan y golpean dolorosamente el pecho en favor de la enseñanza pública mientras, por detrás, van introduciendo a sus hijos en los colegios privados de más alto standing. De los rico-socialistas como el compañero Felipe, ese bon vivant de la mamandurria con propiedades sultánicas en los predios marroquíes de nuestro borbónico hermano y sedicente amigo Mohamed VI; o como la charnega “Carma”: la pacifista Chacón del escudo antimisiles, la Ministra de Defensa de la Puta España en la ONG bélica que se ha dedicado a repartir pepinazos sobre Afganistán y Libia en misiones de paz y amor ordenadas por la democrática ONU (la de los cinco vetos que todo lo legitiman, incluso la matanza in crescendo del pueblo sirio); la miembra del matrimonio nómada Chacón-Barroso que, en el residencial “Los Nómadas” de la República Dominicana, tiene una modesta y solidaria villa socialista valorada, según los fachas, en ochocientos mil dólares de hace más de un año.

En tiempos de crisis, ninguna Expaña mejor que la perescrutada por Salvador Freixedo —en La Expaña de Z— para el prodigioso mentalismo neoconsocialista de hacer caja con la ceja. Después el resto. El resto, que es lo que queda y lo que resta, es lo más fácil: el resto del mundo para invertir; por supuesto, siempre como socialistas y obreros del P$OE, solidariamente, en las urbanizaciones del Caribe. Y para quien no le guste el Caribe tampoco hay problema: nunca faltarán nuevas construcciones a pie de playa protegidas por alguna disposición transitoria de la Ley de Costas. Y para aquellos a quienes no satisfagan ni unas ni otras playas el divino Partido proveerá: podrán invertir cuasi de balde en acciones I+D+i de los GPS del clítoris, en grandiosas hípicas con publicidad asegurada o, también, en el cotizado deporte de la escopeta nacional: organizando safaris conspirativos con policías-políticos, fiscales-políticos, jueces-políticos y viceversa —políticos-jueces—; todo ello sobre un fondo berlanguiano de ilógico zoológico, de patético y cutre gran zoo loco nacional de faisanes felones, patos cojos, liebres eléctricas y cornúpetas muflones.

Con dichos mimbres, y con los de otros personajes y “personajas” (miembros y “miembras”), que evito nombrar para no provocar mayor sufrimiento al lector, manteniéndolos a unos y a otros a salvo de la mínima catarsis, se pretende ahora, por lo visto con un “congreso” —que así se llamaba antiguamente a la cópula carnal—, regenerar el cesto de las corrupciones transigidas desde la gobernación del Estado. Por si ello poco, al amparo de un Estado pleonásticamente calificado “de Derecho”, pero que no por tal, por calificársele de Derecho, es necesariamente justo, pudiendo acontecerle más bien, como le acontece, ser un Estado de Derecho Torcido, escorado, por cópulas y cúpulas, sobre la tupida red de privilegios de una partitocrática casta parasitaria; y no, como en efecto debería, equidistantemente firme y con fundamento en los justilegios generales que a la totalidad de los ciudadanos corresponde.

Ese como himen de la pureza socialista que es su honradez, hace unos cuantos años que lo echó a perder el autodenominado Partido “Socialista” “Obrero” “Español”, obscena y desvergonzadamente penetrado por el neoconsocialimo. Su honradez, ¡está su honradez para congresos!

¿Pero no ves, gilito embanderado,
que la razón la tiene el de más guita?
¿Que la honradez la venden al contado
y a la moral la dan por moneditas?

Versículo tras versículo, diríase que tal es el evangelio neoconsocialista del PSOE de las JONS (Juntas de Ofensiva Neocon-socialistas) para la argentinización de España: el evangelio de los vivos, del sálvese quien pueda y el Progreso insaciable de uno mismo:

Lo que hace falta es empacar mucha moneda,
vender el alma, rifar el corazón,
tirar la poca decencia que te queda…
Plata, plata, plata y plata otra vez…

Así es posible que engordes todos los días,
tengas amigos, casa, nombre… y lo que quieras vos.
El verdadero amor se ahogó en la sopa:
la panza es reina y el dinero Dios.

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© R. Malestar Rodríguez
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Autor

Roberto Malestar Rodríguez

Roberto Malestar (Vigo). Heterodoxo; filósofo —licenciado, graduado y doctorando en filosofía por la Universidad de Santiago de Compostela. Publicista, ensayista y articulista. Es, además, letrista e intérprete de tangos, folclore hispanoamericano y otros géneros.

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