Francisco Muro de Iscar – La última derrota de Zapatero.


MADRID, 05 (OTR/PRESS)

La victoria de Rubalcaba, con González detrás, es la última derrota de Zapatero, artífice de una de las peores etapas del socialismo español en el poder. En el 35 Congreso surgió una esperanza de renovación que se transmutó en una enorme decepción. El viejo socialismo no es hoy nuevo ni moderno, y es dudoso que lo sea con Rubalcaba, pero hubiera sido sectario con Chacón y sus adláteres, empezando por ese poder en la sombra que ha sido y es su marido, Miguel Barroso, al que nadie ha elegido nunca, pero cuyo poder subterráneo, oculto y activo, más sucio que limpio, ha sido enorme. Si nos libramos de eso también habrá sido buena la victoria de Rubalcaba. Si Zapatero hubiera podido, habría «tutelado» la candidatura de Carmen Chacón a la presidencia del Gobierno para convertirla, él, en la primera presidenta del Gobierno. Sus graves errores al no reconocer ni afrontar la crisis lo impidieron.

Ahora bien, tenía razón la perdedora cuando auguraba que su derrota sería al mismo tiempo la apertura de una nueva transición en el PSOE. ¿Será Rubalcaba el candidato en las próximas elecciones? Lo dudo. Más papeletas tiene Patxi López, al que una previsible derrota en las próximas elecciones en el País Vasco le devolvería debilitado a la política nacional. No es una mala apuesta, pero tampoco parece una apuesta ganadora. La política hace extraños compañeros de cama: colocar a Griñán como presidente del PSOE, aunque no pinte nada, es dormir con tu enemigo.

El nuevo socialismo tendrá que cambiar muchas cosas, hacia dentro y hacia fuera, si quiere tener futuro y no pasar una larguísima «travesía del desierto», un interesante símil religioso enarbolado por una defensora de un Estado laico. De momento, ha sido el PP el que se ha atrevido a bajar los sueldos a los banqueros -lo que no hicieron ni González ni Zapatero- y a exigirles cambios de fondo. Lo más «destacado», y lo más aclamado, de los discursos de Rubalcaba y de Chacón fue la voluntad de revisar los acuerdos con la Santa Sede y de hacer aún más laico el Estado. ¿Es ese el problema de la España de los cinco millones de parados, la situación financiera desnortada, una educación de fracaso, una justicia que no funciona y una carencia absoluta de modelo económico?

Mejor Rubalcaba que Chacón. Más posibilidades para el diálogo, imprescindible, con el Gobierno. Mayor capacidad para alcanzar un imprescindible Pacto de Estado que el PP debe proponer en cuestiones fundamentales: educación, justicia, sanidad, modelo económico. Mejor Rubalcaba que Chacón porque sólo uno sabe lo que circula por las tuberías del Estado y no parece dispuesto a poner en riesgo el presente para asegurarse el futuro del partido. Dura y larga reconversión la que le espera al PSOE, amenazado por los resultados electorales pasados y futuros y por la fuerte división interna y la carencia de proyecto. Ojalá lo haga bien.

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