Esther Esteban – Más que palabras – Adiós 2011 adiós.


MADRID, 30 (OTR/PRESS)

Por fin acaba el 2011 y, como dice mi madre, tanta paz se lleve como nos deja. Este ha sido un año horrible, especialmente para los cinco millones de parados que han pasado los lunes al sol, y cuya desesperación se ha ido acrecentando a medida que avanzaban los meses. España está en la ruina y los españoles somos pobres, y estamos desesperanzados. En estos doce meses ha habido una sobreexposición de malas noticias que no solo han afectado a nuestros ya maltrechos bolsillos, sino al prestigio de nuestro País, de la clase política, de las instituciones y ¡como guinda final! al de la mismísima jefatura del Estado.

Este, tradicionalmente, es tiempo de hacer balance, de mirar atrás y recapitular para tomar impulso hacia los buenos propósitos y ojalá esta vez sea así. A estas alturas, una vez celebradas las elecciones, y con un nuevo inquilino en la Moncloa de nada vale volverse a lamentar por la leche derramada. De nada sirve recrearnos en que el gobierno de Zapatero nos ha dejado esto hecho unos zorros -aunque sea rigurosamente cierto- porque, aunque lo repitiéramos hasta la saciedad, no serviría para cambiar el rumbo de los acontecimientos. Los únicos que deben hacer autocrítica son los suyos y mucho tienen que cambiar las cosas, de aquí al Congreso de los socialistas que se celebrara en Febrero, para que acepten a nivel interno la derrota, entonen el mea culpa y sean capaces de fijarse más en la debacle ideológica y programática de estos años que en matarse por quien manda. Si el PSOE no afronta la refundación que piden algunos de sus secretarios regionales no habrá nada que hacer pero ¡allá ellos!

Ahora lo que toca para el resto de los ciudadanos es mirar al futuro y aunque ya sabemos que vamos a entrar en recesión debemos de salir de la depresión y el desánimo colectivo. Tengo algunos amigos que, por su actividad profesional, no se han visto afectados especialmente por la crisis pero se portan como si la hubieran padecido más que el resto de los mortales y han cambiado, completamente, sus hábitos de consumo cuando es precisamente eso, lo que puede hacer que mejoren las cosas.

El nuevo gobierno ya ha enseñado sus primeras cartas y en ese menú cargado de recortes y ajustes puede estar, paradójicamente, la clave de lo que nos espera en el 2012. Será sin duda un año malo, donde tendremos que seguir haciendo sacrificios pero estos se digerirán mejor primero si se nos dice la verdad y después si son equilibrados y justos. Ya sabemos que Rajoy nos va a subir temporalmente el IRPF, pero también sube las pensiones, prorroga la ayuda de 400 euros a quienes han concluido su prestación por desempleo y congela el sueldo a los funcionarios. Con un déficit disparado al 8 por ciento, el doble de lo permitido por Europa, y una deuda de infarto, no se pueden hacer malabarismos, pero si la única forma que tenemos de salir de esta es apretándonos el cinturón que se lo aprieten más los que mas tienen, para que no se perpetúen las injusticias.

Ya sabemos que nuestro presente es terrible, que está cargado de pesimismo, que el ambiente es espeso y la tristeza se palpa en las calles, que nos fiamos lo justo de los políticos, que las instituciones no están a la altura, que los brotes verdes no aparecen por ningún lado, pero como tenemos que seguir y no podemos ni debemos tirar la toalla, seguro que las cosas tarde o temprano mejorarán. FELIZ AÑO NUEVO.

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