Detenidos por defender el derecho a la vida.

El 28 de diciembre la sociedad tiene el punto de mira puesto en las inocentadas. Algunas cadenas de televisión preparan sus galas a base de bromas —algunas bastante pesadas— grabadas con cámaras ocultas, y los ciudadanos tratan de colar algún embuste mientras activan los cinco sentidos para no ser presa de alguna mentira bien urdida. Yo confieso que este año he sido víctima de la “primicia” de Periodista Digital: Alfonso Rojo nombrado presidente de RTVE. Qué bien, que nivelazo, al director del periódico donde escribo lo llamó el presidente Rajoy para dirigir el ente público. Lo leí a eso de la una de la madrugada y ni pensé que podía tratarse de una inocentada. Además, le había oído a él mismo decirlo en una tertulia. Sospeché al leer que ya se había puesto en contacto con Ana Pastor para decirle que contaba con ella para seguir con Los desayunos de TVE. Durante la noche pensé que podía ser un bulo del día los Inocentes, pero, ¿por qué no? Y me lo creí completamente. Estuve engañada hasta las seis de la tarde.

En la actualidad, esta sociedad laicista ya no recuerda que el día de los Santos Inocentes se conmemora la Matanza de los Inocentes, que podemos leer en el Evangelio de san Mateo, escena inmortalizada en el lienzo de Guido Reni. El rey de Judea, Herodes el Grande, como los Magos de Oriente no le precisaron el lugar exacto del nacimiento del “Rey de los judíos”, tras consultar a los escribas y sacerdotes del templo de Jerusalén que señalan a Belén como el lugar del nacimiento del Mesías, ordenó matar a todos los infantes menores de dos años. Esta es la fiesta que celebramos el 28 de diciembre.

En memoria de los más de 110.000 niños que mueren al año víctimas del aborto, hoy han tenido lugar en Madrid varios actos en pro de la vida. Pilar Gutiérrez, de Unidos por la Vida; Gador Joya, de Derecho a Vivir o la Asociación Provida salieron a la calle con sus pancartas y micrófonos. Estos últimos hicieron una sentada delante de la Clínica Dátor, en la calle Hermanos Gárate, uno de los centros más lucrativos de la industria del aborto, que además recibe subvenciones de la Comunidad de Madrid para sus intervenciones de muerte. Se pedía la derogación de la ley del aborto, una de las promesas electorales de Rajoy.

En la actualidad, cualquier grupúsculo monta su tienda y pancarta en mano invade el espacio público y se instala como si del jardín de su casa se tratara. Basta recordar el 15M en la puerta del Sol y en todas las plazas mayores y menores de España, y la desidia del Gobierno socialista que dio orden a la policía de no intervenir ni siquiera en defensa propia. Hemos visto a los “quinceemeros” orinar, literalmente, por los representantes del orden que permanecieron maniatados mientras duró la invasión. Con o sin permiso, todos los colectivos se manifiestan y ni siquiera los gamberros acaban en la comisaría, porque desde la Delegación y las Subdelegaciones del Gobierno, normalmente tienen orden de no intervenir “para evitar males mayores”, incluso en los botellones de borrachera y pastillas al por mayor. Cuando en Madrid se concentraron miles de jóvenes para recibir a Su Santidad Benedicto XVI y celebrar la JMJ, la Delegación del Gobierno autorizó una manifestación contra el Papa, durante la cual los laicistas radicales insultaron y agredieron a los jóvenes portadores de la cruz y los mensajes de paz.

Es lamentable que todos puedan manifestarse, excepto los defensores de la vida. Varios miembros de la Asociación Provida, entre ellos su presidente, el doctor Jesús Poveda, fueron detenidos por la policía y llevados a comisaría. Nada menos que tres furgones policiales se colocaron frente a la cincuentena de manifestantes indefensos. No es la primera vez que el doctor Poveda acaba con sus huesos en las dependencias policiales. Y siempre por la misma causa. ¡Por defender la vida! ¡Por colocar una pancarta delante de la clínica donde asesinan niños!

Defender la vida se considera un acto de subversión. Porque atenta contra los intereses económicos de la Multinacional de la Muerte. El negocio del aborto se ha engullido en el 2010 la escalofriante cifra de 38 millones y medio de euros. ¡De dinero público! Que empiecen haciendo recortes por ahí. ¡No al aborto! y ¡No con mis impuestos!

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Por Magdalena del Amo
Periodista y escritora
Directora de Ourense siglo XXI
Directora y presentadora de La Bitácora, de Popular TV
www.magdalenadelamo.com
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(29/12/2011)
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Autor

Magdalena del Amo

Periodista, escritora y editora, especialista en el Nuevo Orden Mundial y en la “Ideología de género”. En la actualidad es directora de La Regla de Oro Ediciones.

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