Charo Zarzalejos – Encuentros en Zarzuela.


MADRID, 15 (OTR/PRESS)

La experiencia, evidentemente, es un grado y el saber estar una virtud no fácil de encontrar. Esto se ha podido comprobar en las comparecencias posteriores de los responsables políticos a sus encuentros en Zarzuela. Como el Rey tiene oficio es seguro que no movió una ceja ante la multitud de sugerencias, preocupaciones y reivindicaciones que unos y otros le hicieron.

De todos los que por Zarzuela han pasado, y al margen de Rubalcaba y Rajoy, ha sido el nacionalista Josu Erkoreka el único que, con buen criterio, recordó el motivo de estos encuentros que no es otro que el encargo de formar Gobierno. Erkoreka dijo que la mayoría del PP es tan apabullante que el trámite ha sido sencillo. Como es natural hablaron de otras cosas de las que el portavoz nacionalista dio cuenta, pero el PNV, que ya es perro viejo, eludió plantear preocupaciones localistas.

Es verdad que al PNV la situación de Amaiur ni le va ni le viene. Ellos cumplen todos los requisitos y no parece que estén dispuestos a organizar drama alguno si al final no tuvieran grupo propio. Todos los demás, incluido el republicano e independentista catalán Bosch, ha querido meter al Rey en charcos que no le corresponde pisar y en esta pretensión, el representante de Amaiur se ha llevado la palma. De sus palabras, al término del encuentro con el jefe del Estado, se podía concluir que el Rey compartía que tuvieran grupo propio e incluso _así lo dijo Errekondo_ se lo iba a decir a Rajoy. Se podía deducir también que el Rey estaba de acuerdo con la formula propuesta por Amaiur para la paz definitiva. Si no conociéramos al Rey no conociéramos a Amaiur se podría concluir que el encuentro con Errekondo ha sido el más comprometido de todos los celebrados. Pero no, el Rey sabe de sus obligaciones y de sus limitaciones constitucionales; otra cosa es el espejismo que quizás Zarzuela haya causado en el representante de Amaiur. De las escasas imágenes que hemos recibido del encuentro ha sido obvio el gesto austero del Rey y nuestro Rey que se caracteriza, entre otras cosas, por su afabilidad se ha limitado en esta ocasión a la mera corrección. Amaiur ni se merece ni debe esperar otra cosa.

Pisando fuerte Rosa Díez que en el tema de Amaiur se ha propuesto marcar de cerca al PP, sabedora de que es un punto sensible, y bien sensible en un amplio sector de su electorado. Aquí nadie da puntada sin hilo.

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