El asqueroso negocio de la pornografía infantil (III)

Vésase: «El asqueroso negocio de la pornografía infantil (II)»

Continuando con la casuística de los inicios, uno de los primeros casos de investigación ciberpoliciaca en la red tuvo lugar en el año 1997. El FBI en colaboración con las autoridades de Nueva York puso en marcha una pesquisa encubierta en la red con el fin de descubrir a traficantes y poseedores de pornografía. Los ciberpolicías localizaron a más de medio millón de sospechosos que actuaban desde Estados Unidos, Inglaterra, Alemania y Suiza.

En el transcurso de la investigación, Dennis Vacco, Fiscal General de la ciudad de Nueva York y las autoridades federales recopilaron más de doscientas mil imágenes de pornografía infantil, la mayor aprehensión del mundo hasta esa fecha.

Otra investigación con resultados positivos fue la operación Starbust, iniciada por la policía británica en 1996 y finalizada en noviembre de 1997. A la sazón, fueron localizadas unas cien personas dedicadas a la distribución y venta de pornografía infantil, algunas de las cuales fueron condenadas a seis años de prisión.

A principios de 2007 la operación Azahar de la Guardia Civil española puso al descubierto una red de pornografía infantil en internet. La operación se había gestado en Sevilla, en el transcurso del “IV Foro Iberoamericano de Encuentro de Ciberpolicías”, donde la Benemérita presentó el buscador “Híspalis” a los representantes de los diferentes países. Fue precisamente en este foro donde se acordó poner a prueba este buscador y colaborar conjuntamente contra esta pandemia. El resultado fue todo un éxito ya que se realizaron casi quinientos registros domiciliarios en Portugal, Francia, Polonia, Bélgica, Dinamarca, Estonia, Finlandia, Lituania, Reino Unido, Estados Unidos, Argentina, Chile, Brasil, Venezuela, República Dominicana, México, Panamá e Israel, que han permitido detener a 108 personas. En España se realizaron 29 registros simultáneos en Bilbao, Sevilla, Cádiz, Málaga, Ourense, Pontevedra, Burgos, Palencia, Valladolid, Zaragoza, Teruel, Barcelona, Tarragona, Madrid, Murcia, Mallorca, Alicante y Las Palmas de Gran Canaria. Como resultado de los registros se practicaron 24 detenciones y se intervinieron más de 40 equipos informáticos con fotos y vídeos de contenido pedófilo, amén de otros dispositivos para la distribución del material pornográfico.

Fue una de las actuaciones más importantes contra la pederasta. El Híspalis se ha puesto a disposición de todas las policías del mundo y marca un antes y un después en la lucha contra la pornografía infantil en la red. Hasta hace poco, las fuerzas de seguridad sólo actuaban cuando se producía alguna denuncia. Ahora, con el Hispalis se puede “patrullar” la red y detectar a los pederastas cuando intercambian archivos de fotografías y vídeos peer to peer (P2P), que previamente la policía ha marcado para seguirles el rastro.

A lo largo del 2005 la Brigada de Investigación Tecnológica de la Dirección General de la Policía (BIT) y el Grupo de Delitos Telemáticos de la Guardia Civil detuvieron a 361 personas en diversas operaciones contra la pornografía infantil.

Los delitos de este tipo aumentan cada día. El incremento del comercio con menores queda patente en un estudio de la doctora Judith A. Reiman, investigadora del Departamento de Justicia de Estados Unidos. Basándose en 373 revistas Playboy, 184 de Penthouse y 126 de Hustler descubrió que desde diciembre de 1953 hasta 1984 estas publicaciones habían incluido en sus páginas 6.064 imágenes de menores relacionadas con sexo o actitudes eróticas. Esta cifra es irrisoria si la comparamos con los parámetros actuales. Además, hay que tener en cuenta el cambio moral en la sociedad. Muchos de nuestros valores se han quedado relegados o han pasado a formar parte del “stock carca”. Defender ciertos principios no está de moda. Antes, aparecer en una revista desnuda o con poca ropa era cosa de vedettes y del mundo de la farándula. La sociedad veía desde la distancia esos patrones de vida pero nadie los deseaba para su familia. Ningún padre ni ninguna madre se hubiera sentido orgulloso de que su hija posara desnuda en una revista o se dedicara al porno. Hoy, eso se busca. La máxima aspiración de muchas chicas, entre ellas las que entran en los realities, es ser portada de Inteview. Seguro que todos recordamos el caso de aquella pobre peluquera de un pueblecito de Galicia que tuvo problemas en la aduana de Cancún y luego salió en la revista como Dios la trajo al mundo. Hoy, vivimos en la dictadura de lo “política y socialmente correcto”. Y lo correcto es la nueva moral, los antivalores y el relativismo de amplio espectro. Y, como en toda dictadura, todo el mundo asiente dócilmente y acepta la moral para la nueva sociedad.

En cuanto a la red, ya está al alcance de cualquier usuario y tienen acceso a ella personas desprovistas de todo componente moral, parámetro que los expertos en avance social y bienestar tienen en cuenta en sus evaluaciones.

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Continúa en: «El asqueroso negocio de la pornografía infantil (y IV)»
http://blogs.periodistadigital.com/opinion.php/2011/10/24/el-asqueroso-negocio-de-la-pornografia-i-3

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Por Magdalena del Amo
Periodista y escritora
Directora de Ourense siglo XXI
Directora y presentadora de La Bitácora, de Popular TV
www.magdalenadelamo.com
[email protected]
(15/10/2011)
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Autor

Magdalena del Amo

Periodista, escritora y editora, especialista en el Nuevo Orden Mundial y en la “Ideología de género”. En la actualidad es directora de La Regla de Oro Ediciones.

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