Consuelo Sánchez-Vicente – ETA, muerta de risa.


MADRID, 13 (OTR/PRESS)

El tiempo todo lo archiva y suaviza el dolor, pero la infeliz coincidencia de las últimas declaraciones de Otegi sobre lo dura que es la cárcel con el aniversario del asesinato por ETA de Miguel Angel Blanco hace que este catorce aniversario no sea uno más. Creo que la fiscal del juicio a Otegi hizo lo que debía al contestarle que más duro es el cementerio que la cárcel. Para los 558 asesinados por ETA, simbolizados ayer, cada uno de los 558, por la imagen del joven concejal de Ermua maniatado y de rodillas ante el etarra que le descerrajó a sangre fría un tiro en la nuca mientras España entera pedía clemencia: para las víctimas, «el hombre de paz» (Otegi: según Zapatero) no tuvo más palabras que las que autoriza a sus «bildus» el libro de estilo de los verdugos etarras.

La democracia es tan exquisita en sus procedimientos que a Otegi ha habido que juzgarle por enaltecer al mismo etarra una segunda vez después de que el Tribunal Supremo anulase el primer juicio porque la jueza no se mostró imparcial al responderle al reo que ya sabía ella que no iba a condenar a ETA. A mi esta exquisitez no me parece criticable, cosas así son las que avalan la superioridad moral de la democracia sobre cualquier otro sistema de gobierno. Que no se sea igual de exigente con los «malos» cuando burlan la ley es lo irritante.

Lo indignante es que Bildu está quitando impunemente la bandera española de los ayuntamientos que gobierna gracias al Tribunal Constitucional español, y sus votantes, dueños de nuevo de las calles, vuelven a amedrentar impunemente a los concejales y vecinos que no les ríen las gracias proetarras en los plenos consistoriales en los que eluden condenar a ETA. Esto es ilegal. Atenta contra la modificación del PP y del PSOE a la «ley de partidos» para que, si se llegaba a comprobar que algún proetarra se había colado en las listas electorales, el Gobierno pudiera pedir de inmediato en los Tribunales a través de la Abogacía y la Fiscalía del Estado la ilegalización y posterior expulsión de las instituciones del «polizón».

Motivos ya hay de sobra en casos como los citados y en otros como la negativa de los «bildus» a votar las mociones de condena a ETA y reconocimiento a las víctimas que están presentando en PSE y el PP en los ayuntamientos vascos. ¿Han oído ustedes que el presidente (el dice que no «en funciones») Zapatero esté en ello, o que «el candidato» lo pida…? Yo tampoco. Natural que ETA no pueda aguantar la risa y se dé por vencedora «ideológica y política» en el comunicado con que celebró ayer que hace catorce años nos mataron a Miguel Angel Blanco.

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