José Cavero – La tentación de Cascos de formar un partido nuevo.


MADRID, 02 (OTR/PRESS)

Sin esperar más, el comienzo de año proporcionaba una información política de relieve cuando el ex vicepresidente del Gobierno y ex secretario general del Partido Popular, Francisco Alvarez-Cascos, presentaba su baja como afiliado en el Partido Popular en una carta dirigida al líder popular Mariano Rajoy. Cascos había hecho imposible cualquier solución con sus exigencias, dicen los próximos a Rajoy. Pero el PP teme ahora, según se cuenta en El País, que Cascos monte un nuevo partido para competir en Asturias contra sus ya ex compañeros.

Quienes apoyan al antes llamado «general secretario» -unos 7.000 militantes- ya han insinuado esta posibilidad, y lo han dejado por escrito en la página de apoyo a la candidatura asturiana de Cascos y en el perfil de Faceboock de éste. La decisión de Cascos llegaba después de que el Comité Electoral Nacional del partido, presidido por Miguel Arias Cañete, diputado y ex ministro con José María Aznar, al igual que Cascos, decidiera, hace unos días, nombrar candidata para Asturias a Isabel Pérez-Espinosa, después de debatir las ventajas e inconvenientes de consentir que el ex ministro fuera el candidato.

El Partido Popular, tras conocer la decisión del ex vicepresidente, emitía un comunicado en el que lamenta la decisión de Alvarez Cascos de abandonar el partido «en el que tan importantes responsabilidades ha desempeñado tanto en la organización como en los gobiernos del PP». En la carta, a la que ha tenido acceso El Comercio, diario de Gijón, Alvarez-Cascos asegura haber tomado esta decisión «al no recibir el amparo solicitado reiteradamente» del Comité Nacional de Derechos y Garantías del partido ante «los menosprecios, descalificaciones e insultos» que le dirigieron otros militantes, «cobijados en el membrete oficial del PP de Asturias, impunemente».

Dice la carta: «Dejo el Partido Popular después de 34 años de militancia ininterrumpida, por razones de dignidad personal. La decisión es firme y las circunstancias que la justifican se conocen sobradamente. En mi última nota, manuscrita del 27 de octubre, indiqué que, en mi opinión, la política requiere dosis muy elevada de paciencia y flexibilidad, pero el respeto a las normas de educación y de civismo en cualquier organización no son negociables», señala Cascos, que analiza la que, a su juicio, es la situación de «degradación» que vive el PP en Asturias y recuerda los insultos de los que él mismo ha sido objeto entre los meses de julio y octubre de 2010 al ser calificado de «galáctico», «sexagenario» y «terrorista callejero». La razón de estas descalificaciones no ha sido otra, argumenta, que «haber ofrecido mi disponibilidad a aceptar la candidatura en la próximas elecciones autonómicas».

Cascos dirige un severo mensaje al líder popular: «Todo ello no hubiera sido posible sin el consentimiento expreso, cuando no la complicidad, de la dirección nacional del partido que presides, a quien correspondía de oficio atajar estas conductas y velar por el cumplimiento de los Estatutos en todos los ámbitos de la organización». Y sigue diciendo: «Más allá de las amarguras inherentes a una decisión tan difícil como dolorosa, siento que mi deber me obliga a dar este paso para hacer las paces con mi propia dignidad personal».

¿Cómo ha sido recibida la decisión de Cascos? A unos apenan, otros se congratulan, y posiblemente los más «pasan». Algunos que lamentan la baja del partido de Alvarez Cascos han solicitado a la dirección nacional del PP que resuelva «de forma democrática y justa» este «gravísimo» conflicto que afecta al conjunto de la formación. No se excluye que la decisión de Alvarez-Cascos pueda ocasionar más ceses entre los militantes del PP asturiano.

En cuanto al PSOE, la vicecoordinadora y portavoz electoral del PSOE, Elena Valenciano, considera que la baja del PP de Francisco Alvarez-Cascos es un ejemplo más de la confusión que reina en ese partido. «En el PP hay mucho lío, hay lío desde que Rajoy fue designado entre la vieja guardia, la nueva guardia, la guardia mediana… Tiene presiones clarísimas por todas partes». Valenciano opina que Cascos estaba «avalado» por el ex presidente del Gobierno José María Aznar y la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre.

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