Carlos Carnicero – Peces Barba y el compañero Zapatero.


MADRID, 09 (OTR/PRESS)

El artículo de Gregorio Peces Barba que publicó ayer el diario El País no tiene desperdicio: con la elegancia y educación que caracteriza a la categoría del ex presidente del Congreso de los Diputados, el secretario general del PSOE queda retratado en la imagen que tienen de él ya muchos militantes y dirigentes socialistas de todas las épocas: Zapatero es un líder amortizado.

Empecemos por la «tozudez», que es la conceptualización que hace Peces Barba de la conducta del secretario general del PSOE y presidente de Gobierno, que ni siquiera acusa recibo de una carta enviada por una personalidad como la del catedrático de la Universidad Carlos III, y uno de tantos valores desaprovechados del viejo socialismo que tanto inquieta al presidente de Gobierno.

Sigamos por el apoyo que brinda Peces Barba al secretario general de los socialistas madrileños en las elecciones primarias en la que la candidata Trinidad Jiménez, perdedora por goleada de la alcaldía de Madrid, se ha embarcado empujada sobre la ola del aparato del PSOE y del presidente de Gobierno. Muchos socialistas van a aprovechar estas primarias para reafirmar la voluntad de devolver al partido un tinte de democracia interna que en la era de Zapatero se ha volatilizado.

Sigamos por una pregunta inquietante: ¿por qué no se aplica Zapatero su propia medicina? ¿Por qué no encarga una encuesta de opinión en la que se valore los resultados que obtendría Alfredo Pérez Rubalcaba, Carme Chacón, Fernando Griñán o Patxi López en unas elecciones generales en las que el actual presidente del Gobierno roza lo metafísicamente imposible para poder ganarlas?

¿Que es un partido: un club de fútbol cuyo presidente ficha las estrellas que le pueden asegurar la liga? ¿Estaría a lo mejor Cristiano Ronaldo disponible para ser cabeza de lista al ayuntamiento de Madrid o quizá Iker Casillas de todavía mejor perfil que Trinidad Jiménez?

El presidente de Gobierno no se cansa de acertar y promete llevar al PSOE a una travesía del desierto en la oposición de la que tardará años en recuperarse porque ha sido siempre incapaz de aprender de sus propios errores y se cree ungido de un don especial para tener razón siempre. Y considera que quien pone en cuestión esa autoridad absoluta es sencillamente quien le falta al respeto? No aprenderá nunca, aunque quien le de la lección sea Gregorio Peces Barba.

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