Andrés Aberasturi – Patético y bochornoso.


MADRID, 5 (OTR/PRESS)

Tras la campaña para las elecciones europeas, el problema no es si votar o no votar el domingo próximo a algo que nos resulta incluso más inútil y desconocido que nuestro Senado; el problema, tal y como se ha desarrollado todo, es si volver a votar en las próximas generales, municipales o autonómicas; el problema es si la democracia que soñábamos la pueden liderar estos partidos; el problema es que la sociedad no sólo camina por aceras distintas a las de la llamada clase política sino que, además, está muy por encima de estos personajes capaces de cualquier cosa por un puñado de votos.

El espectáculo ha sido patético y bochornoso desde el principio hasta el final alcanzando grados verdaderamente increíbles en algunos momentos: los debates televisivos entre los candidatos eran monólogos absurdos de reproches mutuos, las tramas creadas, o aprovechadas, para la campaña resultaban penosas y los deslices de algunos oradores no es que rozaran el ridículo sino que se zambullían en él con alevosía y premeditación. Y claro, imposible evitar una mención a doña Leire Pajín; nada diré de su absurda cosmogonía ni podré achacar al calor del momento la estupidez ya que su discurso estaba escrito y fue leído no precisamente en un mitin sino en un madrugador desayuno organizado por Europa Press para periodistas y afines. Lo que realmente preocupa es el culto a la personalidad, el convencimiento -o el sometimiento- que hay en el PSOE en torno a Rodríguez Zapatero. Lo he dicho muchas veces y cada vez lo corroboro más claramente: en un partido que se declara a si mismo de izquierdas, la ausencia absoluta de autocrítica, el silencio o la inexistencia de corrientes y/o «varones» con pensamiento propio, la pérdida de independencia de su sindicato que ha vuelto a ser correa de transmisión, el abandono de todo eso que siempre ha sido la esencia del socialismo, convierte a este PSOE en algo peligrosamente cercano a un «régimen» autoritario y caudillista donde la disidencia se paga con el exilio y en donde todo gira en torno al líder. El problema no es Pajín dijera lo que dijo, el verdadero problema es que -como ella misma confesó después- tal vez las palabras altisonantes sobraran, pero era eso exactamente lo que pensaba: el líder ZP está ungido y llamado por quien sabe que seres superiores para devolver la esperanza junto a Obama a los seres humanos del planeta.

¿Y que decir del papanatismo de esa izquierda con el presidente de los EEUU? Que se llevaran mal con Bush no significa que ahora se tengan que entregar en cuerpo y al nuevo mandatario que seguramente es más progresista que su antecesor, pero que desde luego -y como no podía ser de otra manera- sigue siendo más de derechas que San Isidro. El discurso de Obama es el de Cárter o el de Clinton y hasta el momento solo es discurso que «con la ayuda de Dios» se propone cumplir. Su gira por Oriente Medio no ha aportado nada nuevo -salvo algún anacronismo histórico- y la intención de un imposible: seguir inquebrantablemente unido a Israel y apiadarse y denunciar la situación Palestina. Hoy por hoy las dos cosas no son compatibles. Pero esa es otra historia.

Lo que resulta sospechoso por muy bien que nos caiga Obama, es que el PSOE lo considere un modelo a seguir o alguien con quien compartir la salvación del mundo: lo que no puede ser no puede ser y además es imposible o esto no lo reconocería ni el Pablo Iglesias que los creo.

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