Ramón Pi – Desde la libertad – Asuntos Pendientes


MADRID, 29 (OTR/PRESS)

Los lunes son un buen día para hacer una revisión de asuntos pendientes y encarar la semana con ánimo y energía. Ayer me levanté por la mañana dispuesto a poner orden en las cuestiones que se prolongan sin encontrar solución, y que reaparecen cuando menos se piensa, porque el no hablar de un asunto pendiente no quiere decir que haya desaparecido; sólo significa que lo estamos escondiendo.

El caso es que me eché varios periódicos a la cara y me encontré con una lista bastante más larga de lo que esperaba. Mencionaré sólo tres:

Malestar en las Fuerzas Armadas: hace bastantes años que en nuestros Ejércitos la gente no está muy feliz que digamos. Conjurado el riesgo de golpe de Estado después de la intentona de 1981, las cuestiones internas de las FAS han quedado reducidas, para el conocimiento público, a un goteo de breves notas que aparecen aquí y allá, y el conocimiento de tal o cual militar conocido que se ha ido a la reserva porque estaba harto de trabajar sin ilusión. Pues bien, aquí tenemos a un millar de oficiales que han ido a los tribunales para recurrir la normativa impuesta por el Gobierno en relación con la carrera militar.

El 11-M: Habrá una sentencia de la Audiencia Nacional, se habrá abatido una losa de silencio sobre sus puntos oscuros o inexplicados, pero la convicción de muchos de que se trata de un asunto que todavía espera una explicación satisfactoria no se borra. Ahora aparece uno de los condenados en aquel juicio, que fue absuelto por el Tribunal Supremo, recordándonos a todos que hay un montón de «hechos probados» que de probados, más bien poco o nada en absoluto. Seguimos sin saber lo que pasó y quiénes lo organizaron.

La Educación para la Ciudadanía (EpC): siguen lloviendo resoluciones judiciales que aceptan las medidas cautelares pedidas por los padres objetores (que ya sobrepasan los 45.000 en toda España), para que sus hijos en edad escolar puedan no asistir a las clases de estas asignaturas y no sean objeto de represalias, hasta que el Supremo unifique la doctrina. El Supremo, de momento, no sabe, no contesta. Asunto pendiente, como tantos en el mundo judicial.

Y hay muchos más, desde luego. Pero como ración de lunes me pareció bastante indigesta.

Ramón Pi

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