MADRID, 18 (OTR/PRESS)
Estados Unidos se apresta a las elecciones presidenciales de noviembre. John McCain contra Barack Obama. Desde Europa da la impresión de que el segundo lo tiene, como dicen ahora, chupado; pero en cuanto se habla con algún buen conocedor de la realidad de aquel país, la respuesta siempre es la misma: hay una igualdad casi milimétrica en los Estados considerados clave, y cualquier pronóstico es verosímil.
Me paseo un poco por Internet y descubro que, una vez más, lo que se ventila en estas elecciones es de fondo: son dos modos de concebir al hombre, al mundo y a la vida. Usar una terminología asequible a la mentalidad de estos pagos hispánicos, Obama es un progre de libro, y McCain es un liberal amante de la tradición cristiana de la sociedad estadounidense.
Obama tiene un tupido currículo de acciones beligerantes y nada ambiguas que contradice de lleno su discurso vacío y buenista, mientras que McCain enseña sus cartas llanamente, pero de vez en cuando le entra el vértigo de acercarse al electorado progre y dice cosas que enfurecen a su electorado natural.
Obama es abortista combatiente, incluido el aborto por nacimiento parcial y el infanticidio de los minusválidos; McCain está pensando en hacer «ticket» con alguien más abortista que él. ¿Les suena todo esto?
El aborto y la célebre y devastadora sentencia «Roe vs. Wade» de 1973 vuelven a estar entre los asuntos centrales de la campaña. En los medios europeos eso aparece muy poco, pero navegue el lector un poco por la Red y verá cómo se las gasta una sociedad que todavía está viva.
Ramón Pi.