No más Mentiras

Antonio García Fuentes

La fama y la realidad de la vida

La fama y la realidad de la vida

Cuando esto escribo estoy muy tranquilo en camiseta y cerca de ese mar en el que siempre, he encontrado un necesario alimento que no se mastica; me levanté como ya es mi costumbre, esté aquí o en “mis montañas jaeneras”; eran algo más de las seis de la mañana y mi perro (Aníbal) como siempre, ya lo había hecho y salido de su pequeño lecho, inmediatamente que encendí la luz vino a que le hiciera las habituales caricias matutinas de rascado por donde más le gusta; o sea, por las partes donde él no puede llegar con sus patas; “comunicándome sin decirme nada, el que ya estaba amaneciendo, en esta costa malagueña y que era la hora de ir a recibir las primeras caricias del padre Sol, que pronto asomaría por las montañas de levante y a cuyo pie, se encuentra un pueblo de nombre Torrox, en cuya punta costera está al faro de este mismo nombre y el que blanquea luminosamente a lo largo de todo el día, haga frío o calor, llueva o no, y haga el tiempo que sea, salvo algunos escasos días, donde el velo de la niebla marina, impida tan bella y tranquilizante mirada; puesto que esa estampa coronada por todas las montañas que veo desde la parte donde vivo (Torre del Mar); es algo inenarrable, por lo bellísimo del conjunto y que hoy se complementa con la tranquilidad del “Mare Nostrum”, que como una colcha inmensa y bellísima, cubre toda esta amplísima costa, en esta época del mes de junio, bastante libre del hormiguero humano, que luego ya en verano, vendrá como las moscas a la miel; y con esa invasión, el pobre e indefenso mar, recibirá “su ración” anual de contaminación que le trae tal invasión, que unida a los habitantes de aquí, siguen contaminando tanto el mar como las costas, con la infinidad de desperdicios que la sociedad de consumo, trae consigo y de la que ya no hay forma de librarse, aunque muchos de nosotros, depositemos en los lugares que nos dicen, lo que se dice es reciclable… pero dudo que eliminable del todo”.
Acordándome de un deportista (“dicen”) que ha muerto en accidente de tráfico, en “lo mejor de la vida”; pero que para mí, simplemente se ha suicidado; y de paso, se ha llevado “al otro lado”, a algunos más que subieron con él a su soberbio automóvil; el que “el angelito”, lo puso en una carretera andaluza (dicen) que a la suicida velocidad de más de doscientos kilómetros por hora; y lo que según los técnicos de la guardia civil de carreteras, llegó a hacerlo volar… pero la impresión del hecho, es de que ha muerto un “héroe”, un famoso al que hay que perdonarle todo y por ello, esos grandes actos de dolor y pena, por el que para mí, en ese hecho ha sido un pobre diablo, que sin inteligencia y responsabilidad, simplemente se ha suicidado y de paso ha matado a otros, con la posibilidad de haber matado a algunos más; lo que no es otra cosa que un acto despreciable en grado sumo; y por lo mismo, sin merecimiento alguno a loas absurdas, o idiotas, como se le han venido concediendo durante días: en fin un hecho más de una absurda sociedad, que va como va; y que no cambia en nada.
He visto ayer en la televisión y en esos pases “emocionantes” de momentos deportivos, a un individuo o varios, que se “sienten dioses de las pelotas”; pues ya gran parte del mal llamado deporte, gira sobre “diferentes tipos de pelotas”… cómo éstos se tiran al suelo, se enervan o crecen al máximo de la virilidad humana y miran al cielo, con ojos encendidos y gritan como clamando al mundo, la grandeza de haber marcado un gol o un tanto al de “la raqueta de enfrente”; y luego sudorosos y se supone que bastante deshechos o cansados, sudar “como bueyes que arrastran pesadas carretas”; y luego recibiendo todos los parabienes y felicitaciones, habidas y por haber; amén de esas fotografías que nos dicen, la realidad que cada cual interpreta, de lo que es un algo tan sin importancia, que a mí me da risa; y me la da, por cuanto luego buscando algo de alimento del que nos dejaron los hombres sabios, leo una vez más a Marco Aurelio, el que me dice cosas así.
“Conserva el arte humilde que has aprendido, en él tu reposo, y puesto que has dejado voluntariamente tu destino al cuidado de los dioses, vive en paz el resto de tus días; no seas ni el tirano ni el esclavo de nadie. Considera, por ejemplo los tiempos de Vespasiano, y verás en ello lo mismo que ves hoy; individuos que se casan, que educan a sus hijos, que caen enfermos, que mueren, que guerrean y que celebran fiestas. Verás también comerciantes, labradores y viles cortesanos, caracteres arrogantes, desconfiados, conspiradores, personas que desean la muerte de alguien, que se lamentan del estado de las cosas, que se preocupan de vanos amores, que amontonan tesoros, que aspiran al consulado y a la realeza. Pues bien; ¡Toda esta generación de gentes ha desaparecido! Pasa ahora a los tiempos de Trajano, el espectáculo será semejante. Esta generación se ha desvanecido de igual modo. Considera también las demás épocas de la historia, escudriña los anales de todas las naciones y verás cuantos hombres después de haberse atormentado durante la vida, han dejado de existir y se han disuelto en sus propios elementos. Recuerda sobre todo, los que has conocido tú mismo”.
No necesito copiar nada más, de las crudas enseñanzas de lo que nos dejara escrito este eminente sabio, que además fuera emperador romano y por tanto poderoso como el que más de aquella época; pero no dejó de ser humano y la prueba es ese párrafo que les he copiado, y del que en “sus pensamientos”, hay abundancia, escritos en libros que verdaderos y útiles investigadores nos dejaron copiados; y los que hay que seguir leyendo, puesto que es lo interesante de la vida humana, saber lo que otros más inteligentes que nosotros, nos legaron y dejaron constancia igualmente, de sus miserias y las de todos sus tiempos, pues la historia más que en grandezas es miserable.

Antonio García Fuentes
(Escritor y filósofo)
www.jaen-ciudad.es (aquí mucho más) y
http://www.bubok.es/autores/GarciaFuentes

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Antonio García Fuentes

Empezó a escribir en prensa y revistas en 1975 en el “Diario Jaén”. Tiene en su haber miles de artículos publicados y, actualmente, publica incluso en Estados Unidos. Tiene también una docena de libros publicados, el primero escrito en 1.965, otros tantos sin publicar y mucho material escrito y archivado. Ha pronunciado conferencias, charlas y coloquios y otras actividades similares.

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