No más Mentiras

Antonio García Fuentes

¿Qué políticos queremos o… necesitamos? Visto la situación política en general y en mayoría de países; necesario es preguntarse y plantearse lo que sintetiza mi titular de hoy. Aún cuando sea “escribir al viento”; no me arredra ello puesto que lo vengo haciendo pasa ya de cuarenta años. Pero como se dice que la esperanza es lo último que se pierde yo (iluso) aún no la perdí… y no están los tiempos para esperanzas visto la caterva de inútiles que han arribado como plaga a la política en general y en particular a la de esta pobre España en la que vine a nacer. Lo escribiré por enésima vez… “La política es el arte de gobernar bien a los pueblos”, todo lo demás no es política; por tanto todos estos arribistas fracasados, serán lo que sea pero de políticos no tienen nada y de estadistas mucho menos. Queremos o mejor dicho necesitamos… políticos que sean de vocación, que no sean mercenarios de la política y que van a la misma, simplemente a conseguir todo lo que pueden y más, para sí mismos y para todos los de su cuerda, nepotes familiares incluidos. El pueblo no les importa nada, salvo las riquezas que de él extraen. Necesitamos políticos honrados, trabajadores, austeros, buenos administradores del dinero público. Y no, no los necesitamos que sean “muy listos” (de esos ya hemos padecido y padecemos mucho); simplemente que tengan la suficiente inteligencia para calibrar lo que es un bien común y lo que es partidista y por tanto perjudicial para el conjunto que van a administrar; puesto que no olvidemos y recordémoselo siempre… ¡Son meros y simples administradores de un dinero que no es suyo y del que tienen que responder siempre! Es claro que para ello debieran existir leyes y un aparato judicial, que hoy no existe y a la vista están los abusos de todo tipo y que se hacen con el dinero del contribuyente, al que de paso lo han arruinado de forma miserable por la indefensión en que nos han situado y en la que seguimos estando. Un político no tiene por qué saber de todo; como estos insensatos y en mayoría pretenden; un político tiene que recurrir a asesores, pero no esos asesores “de cabecera y cama”; que no son otra cosa que parásitos a mantener por el contribuyente. Un asesor se busca cuando se necesita y se busca entre los mejores que existan y oído y examinado la solución que aporten, entonces es cuando el político debe actuar y en caso de error, siempre podrá decir que lo asesoró el mejor o uno de los mejores y dará nombres y apellidos; puesto que un político no es un “dios”, ni falta que nos hace. Queremos ver sus obras, sus buenas obras realizadas; puesto que nos importa un rábano si son altos o bajos, sus apellidos son vulgares o selectos, si son guapos o feos, si visten normalmente o a la última moda… No necesitamos verlos apenas para nada, por tanto que no salgan tanto a las primeras filas, para lucir su “jeta” y que dediquen el tiempo al menester por el que se les paga y ahora mucho más de lo que merecen; o sea a rendir el beneficio que por ello le deben a sus jefes verdaderos, que no son otros que los que les votamos y les entregamos (EN PRECARIO) un mandato del que tienen que rendir cuantas exhaustivas. Y si no valen, que se vayan cuanto antes, otros entrarán a relevarles, nadie somos insustituibles y un político también “es un nadie”. No olvidemos la vieja sentencia de… “a rey muerto, rey puesto”. Las leyes no deben ser para ser burladas por los que son los primeros en que debieran responder ante ellas y como dijera nada menos que Pitágoras, hace dos milenios y medio… “El que conoce las leyes debe ser castigado con mucha más severidad que el que las desconoce”. Y esta sabia sentencia del considerado sabio de los sabios, sigue estando vigente, pero sigue imperando no la ley de la razón, si no la ley de la fuerza. Y los sistemas regidos de esta forma terminan mal, algunas veces muy mal y con los ríos de sangre que provocan. Nosotros tenemos no muy lejana aquella guerra civil, que tanta sangre derramó y mucha de ella inocente y ello ocurrió en los dos bandos; pese a lo que quieran decir los que les interesa hacer verdades de mentiras horribles. Y el motivo de la misma no fue otro que el resultado de unos nefastos políticos que no supieron gobernar de forma equitativa. NOTA: Lo escribí en 2010… “Lo podía haber escrito esta mañana”. Antonio García Fuentes (Escritor y filósofo) www.jaen-ciudad.es (allí mucho más)

¿Qué políticos queremos o… necesitamos?

Visto la situación política en general y en mayoría de países; necesario es preguntarse y plantearse lo que sintetiza mi titular de hoy.

Aún cuando sea “escribir al viento”; no me arredra ello puesto que lo vengo haciendo pasa ya de cuarenta años. Pero como se dice que la esperanza es lo último que se pierde yo (iluso) aún no la perdí… y no están los tiempos para esperanzas visto la caterva de inútiles que han arribado como plaga a la política en general y en particular a la de esta pobre España en la que vine a nacer.

Lo escribiré por enésima vez… “La política es el arte de gobernar bien a los pueblos”, todo lo demás no es política; por tanto todos estos arribistas fracasados, serán lo que sea pero de políticos no tienen nada y de estadistas mucho menos.

Queremos o mejor dicho necesitamos… políticos que sean de vocación, que no sean mercenarios de la política y que van a la misma, simplemente a conseguir todo lo que pueden y más, para sí mismos y para todos los de su cuerda, nepotes familiares incluidos. El pueblo no les importa nada, salvo las riquezas que de él extraen.
Necesitamos políticos honrados, trabajadores, austeros, buenos administradores del dinero público. Y no, no los necesitamos que sean “muy listos” (de esos ya hemos padecido y padecemos mucho); simplemente que tengan la suficiente inteligencia para calibrar lo que es un bien común y lo que es partidista y por tanto perjudicial para el conjunto que van a administrar; puesto que no olvidemos y recordémoselo siempre… ¡Son meros y simples administradores de un dinero que no es suyo y del que tienen que responder siempre! Es claro que para ello debieran existir leyes y un aparato judicial, que hoy no existe y a la vista están los abusos de todo tipo y que se hacen con el dinero del contribuyente, al que de paso lo han arruinado de forma miserable por la indefensión en que nos han situado y en la que seguimos estando.

Un político no tiene por qué saber de todo; como estos insensatos y en mayoría pretenden; un político tiene que recurrir a asesores, pero no esos asesores “de cabecera y cama”; que no son otra cosa que parásitos a mantener por el contribuyente. Un asesor se busca cuando se necesita y se busca entre los mejores que existan y oído y examinado la solución que aporten, entonces es cuando el político debe actuar y en caso de error, siempre podrá decir que lo asesoró el mejor o uno de los mejores y dará nombres y apellidos; puesto que un político no es un “dios”, ni falta que nos hace.

Queremos ver sus obras, sus buenas obras realizadas; puesto que nos importa un rábano si son altos o bajos, sus apellidos son vulgares o selectos, si son guapos o feos, si visten normalmente o a la última moda… No necesitamos verlos apenas para nada, por tanto que no salgan tanto a las primeras filas, para lucir su “jeta” y que dediquen el tiempo al menester por el que se les paga y ahora mucho más de lo que merecen; o sea a rendir el beneficio que por ello le deben a sus jefes verdaderos, que no son otros que los que les votamos y les entregamos (EN PRECARIO) un mandato del que tienen que rendir cuantas exhaustivas. Y si no valen, que se vayan cuanto antes, otros entrarán a relevarles, nadie somos insustituibles y un político también “es un nadie”.

No olvidemos la vieja sentencia de… “a rey muerto, rey puesto”.

Las leyes no deben ser para ser burladas por los que son los primeros en que debieran responder ante ellas y como dijera nada menos que Pitágoras, hace dos milenios y medio… “El que conoce las leyes debe ser castigado con mucha más severidad que el que las desconoce”.

Y esta sabia sentencia del considerado sabio de los sabios, sigue estando vigente, pero sigue imperando no la ley de la razón, si no la ley de la fuerza. Y los sistemas regidos de esta forma terminan mal, algunas veces muy mal y con los ríos de sangre que provocan. Nosotros tenemos no muy lejana aquella guerra civil, que tanta sangre derramó y mucha de ella inocente y ello ocurrió en los dos bandos; pese a lo que quieran decir los que les interesa hacer verdades de mentiras horribles. Y el motivo de la misma no fue otro que el resultado de unos nefastos políticos que no supieron gobernar de forma equitativa.
NOTA: Lo escribí en 2010… “Lo podía haber escrito esta mañana”.

Antonio García Fuentes
(Escritor y filósofo)
www.jaen-ciudad.es (allí mucho más)

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Antonio García Fuentes

Empezó a escribir en prensa y revistas en 1975 en el “Diario Jaén”. Tiene en su haber miles de artículos publicados y, actualmente, publica incluso en Estados Unidos. Tiene también una docena de libros publicados, el primero escrito en 1.965, otros tantos sin publicar y mucho material escrito y archivado. Ha pronunciado conferencias, charlas y coloquios y otras actividades similares.

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