No más Mentiras

Antonio García Fuentes

El político como primer ladrón del dinero público

El político como primer ladrón del dinero público

Sí… Y entiéndase que robar no es sólo llevarse lo que no es suyo, sino que robar es, dilapidar, malversar, gastar a troche y moche o en proyectos no sólo no rentables, sino irrecuperables y que lastrarán la economía por tiempos incalculables; y así, se le pueden añadir “etcéteras” interminables por lo variados. Añádanse a ello, que el político hará siempre “sus leyes y para con ellas, cubrirse todas sus impunidades”. Y a la vista de ello, observemos la marcha del mundo y la situación de cada época y en especial la actual; no sólo de España que es donde nací y vivo, sino del resto de este siempre expoliado planeta, por políticos ladrones y que nunca pagaron su latrocinio; que igualmente hundieron a los pueblos que mangonearon y los destruyeron, sumiéndolos en las ruinas y miserias de las que la historia tiene abundantes realidades.
Ahora mismo y aquí donde vivo, se han iniciado ya las luchas implacables por el control del máximo monto de dinero público, a manejar tras las varias votaciones que hay proyectadas para este año. Los frentes son los mismos o similares y se desarrollan en los ámbitos, municipal, provincial, regional o nacional; se habla se insulta se lanzan mentiras de todo tipo, pero todo ello en una batalla sin cuartel, con el único fin de (reitero) controlar el máximo de dinero público; ya que de lo que se trata es de llegar al mismo para repartirlo como mejor puedan, o quieran los conquistadores,
que debido a “la manga ancha”, que siempre existe en España, da lugar a todos los fraudes y malversaciones, así como robos descarados, de los que hoy llenan gran cantidad de los juzgados que juzgan la enormidad de casos que hay pendientes, en España y que se van dilatando en el tiempo, para precisamente, que se diluyan en la inmensidad del fraude realizado y que en mayoría, desaparezcan sin que los responsables, ni paguen lo que defraudaron, ni vayan a la cárcel por tiempos suficientes como para crear el miedo que debe ser creado, para que los proclives a estos delitos, lo pensasen mucho antes de iniciar esas aventuras delictivas; y que siempre terminan por arruinar los bienes comunes, de los que al final somos víctimas la inmensa mayoría de habitantes del territorio que sea.
En esta transitura, los que pelean por los puestos a ocupar andan locos removiendo todo lo removible, para llegar a los primeros puestos del mangoneo, donde lo que menos importa, es el pueblo, no así su voto; ya que es el voto el que les dará el salvoconducto para luego lograr los fines que se propongan, el resto les importa poco y más en la actualidad, donde la situación de descontento se va presentando “explosiva”; y es lo que preocupa más a la casta establecida, la que no quiere ser desplazada, puesto que en mayoría, fuera “del dinero público, no son nada, ya que nada hicieron en la vida privada como para sostenerse en un oficio útil y dentro de ella, ya que en esa vida privada, que es donde en general todo bien positivo se produce y consigue, debido a la enormidad de impuestos que la castigan, cada vez es más difícil sostenerse en ella”; y de ahí el miedo de los colocados; pero también el miedo general y las ansias de colocarse “en el dinero público, sea en el puesto que sea”; por lo que de seguir así, esta ya calamidad, epidemia o plaga incontrolable, el final será una vez más lo que ya ocurriera tantas veces; o sea, que el exceso de contribuidos y la falta de contribuyentes, son los que acaban con cualquier sistema o imperio; y al decir ello, me viene a mi mente la terrible frase del emperador romano Caracalla… “Ya somos más los contribuidos que los contribuyentes”; lo que demuestra por sí solo que los que se cargaron el Imperio Romano, no fueron “los bárbaros del norte”, sino los inútiles administradores políticos del imperio que se lo comieron enterito.
De todo ello se desprende una lección que nunca se toma y es la de reducir todos los aparatos oficiales, al mínimo posible; hacerlos profesionales por méritos demostrados; y evitar el acceso a recomendados y nepotes, todo lo demás lleva a los desastres que ya tenemos encima… ¿aprenderán? ¿Surgirán verdaderos inteligentes estadistas para reorganizar los Estados? Lo vamos a ver antes que después… “pues los barcos empiezan a hundirse; y si no se llevan a dique seco y se adecuan a las verdaderas necesidades, el desastre o desastres son seguros”.

Antonio García Fuentes
(Escritor y filósofo)
www.jaen-ciudad.es (aquí mucho más) y
http://www.bubok.es/autores/GarciaFuentes

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Antonio García Fuentes

Empezó a escribir en prensa y revistas en 1975 en el “Diario Jaén”. Tiene en su haber miles de artículos publicados y, actualmente, publica incluso en Estados Unidos. Tiene también una docena de libros publicados, el primero escrito en 1.965, otros tantos sin publicar y mucho material escrito y archivado. Ha pronunciado conferencias, charlas y coloquios y otras actividades similares.

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