El sabor de la fruta y el engaño que nos hacen
Como el loco mundo actual ha derivado en lo que yo denomino, “ser el primero”; en esa primacía se sacrifica todo, incluso la vida en los más absurdos y difíciles juegos humanos; muchos de los cuales llegan a ser institucionalizados como “deportes” que curiosamente siguen muchos y nuevos adeptos. En gastronomía hay tal invasión de “inventores genuinos”, que debido a cuantos alimentos hoy hay disponibles, se hacen tal cantidad de mezclas, que debido a intereses múltiples, “las primacías abundan tanto como las estrellas de nuestra galaxia” y la risa de los escépticos (entre los que me cuento) van a tono con tanta barbaridad o memez humanas, como se inventa para destacar en ese “absurdo firmamento que se disuelve en general a la misma velocidad con que aparece”; puesto que como la casa y la familia cuasi han desaparecido, ya nadie guisa y todos van “de tapeo” y a lucirse y extasiarse ante la obra del último creador; cosa que ya ocurría en la vieja y decadente Roma imperial.
FRUTAS: Era yo muy joven cuando hablando con un viejo hortelano y en relación a la fruta me dijo: “Si vas a comer un fruto directamente del árbol, cógelo del lado donde más reciba el sol, y si ves alguno picado por un pájaro, cómelo primero, es el más rico de todos; nunca un pájaro pica un fruto que no esté maduro”. ¿Qué comemos hoy o mejor dicho que nos hacen comer con tanta mecánica cibernética, tanto adelanto, tanta química y tanta velocidad? “Yerba o madera pero nunca fruta en sazón”, por tanto analicemos lo que nos sirven como novedad o primicia y para lo que sirve, aparte de para sacarnos cuanto más dinero mejor.
También hoy y gracias a los aviones de carga, puedes comer cerezas australes y uva y cientos de frutas más, si las pagas al precio que te las traen, pero nunca una uva de esas procedencias, ni una cereza, ni una ciruela y menos un melón, sabrán a lo que saben los que disfrutamos en su momento y época en nuestra riquísima España, que es reina de la fruta y no sólo en Europa; pero es claro que todo sabe en su sabor óptimo si se disfruta en su tiempo y en su momento de maduración, todo lo demás, pues eso… “sorprendernos como inocentes niños y sacarnos el dinero de la forma que sea”.
En España y por ejemplo, “llega la fresa” en plena temporada de nieves y esquí en la propia Andalucía, pero… ¿qué fresa te ofrecen y en qué estado llega la misma al tendero que te la mete por los ojos como algo virginal por lo deslumbrante? Pues lo que tienes delante como mucho es “media fresa o mucho menos”, la fresa como todos los frutos tienen su tiempo y es entonces cuando debemos “hartarnos de las ricas fresas o mejor dicho, fresones, que es lo que en general nos venden como si fuesen verdaderas fresas”, que por más exquisitas y delicadas, son más tardías y mucho más caras”; lo mismo que ocurre con esa fruta va a ocurrir con todas las demás de temporada y que empiezan en el albaricoque y terminan en la granada, el kaki y algunas otras; todas te las van a servir antes de tiempo y para que ilusoriamente… “desvirgues el gusto antes que nadie”; por tanto, “no corras, espera a la madurez y el buen sabor de las frutas todo lo demás es engañarte a ti mismo y saquearte tu bolsillo o cartera”.
Y si compras o te venden con engaño, “fruta conservada en cámara frigorífica”; mejor pasa de largo y vete a la fruta “del tiempo”; que aquí en España, las hay ya todo el año y si las comes a punto, todas son buenas o exquisitas; amén de los zumos naturales que son hoy también un lujo al alcance de cualquiera.
Las frutas son “cápsulas de energía de la vida o solar, puesto que es el padre sol el que las conforma con su caricia y tiempo necesario para cada variedad”.
Antonio García Fuentes
(Escritor y filósofo)
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