No más Mentiras

Antonio García Fuentes

Chuminadas de verano y el agua que bebemos

«Chuminadas de verano»

Aguas de importación

He contado alguna vez que en el apogeo turístico de la denominada «Costa del Sol» o costa de la provincia de Málaga; algún «vivo», se le ocurrió «enlatar sol de la costa» y así, mandó fabricar y “llenar», unas latitas pequeñas con una litografía atrayente y en la que se anunciaba esa «mercancía». Pues bien, había «capullos» que compraban aquellos envases metálicos que les vendían a un alto precio y que estos turistas pagaban sin rechistar. Quiero significar con ello, hasta donde llega la idiotez humana, pues he visto hasta vender, «lodos desecados del Mar Muerto», en bolsas, para que sus curas puedan llegar a todo el mundo; y es que los judíos son «listísimos».

En mis muchos viajes, he frecuentado «bastantes» santuarios de santos y vírgenes y asombra enormemente, la cantidad de artilugios, que allí venden los clérigos y que algunos «bendecidos», compran los fieles como talismán para que les ayude a vivir. Incluso se llegan a vender «aguas de manantiales milagrosos» y en la propia Roma y en el Vaticano, hay enormes tiendas donde hay «de todo» lo relacionado con lo más o menos milagroso e incluso (dicen que) bendecido por el Papa de turno.

También hay «santones, curanderos, sanadoras y sanadores», que venden «ilusiones en diferentes formas y maneras» con lo que hacen gran negocio y a veces grandes fortunas.

Hoy cuando escribo y paseando por mi ciudad (Jaén 117.000 h.) me detengo en unos escaparates, cuyo establecimiento se ha
especializado en traer cosas de alto precio y algunas bastante raras y lejanas, puesto que en tiempos; llegué a ver unas botellas de licor oriental, en las que había un reptil (lagarto o algo parecido) y que era por lo visto «el néctar que daba calidad o propiedades a aquel tipo de alcohol embotellado». No me extrañó ello, puesto que sé que los chinos tenían hasta un vino especial, donde lo que le ponían como esencia en la tinaja o cuba (barril), era «un mono» («vino de mono lo denominan y es o era de altísimo precio según Blasco Ibáñez»).

En ese escaparate hay botellas de vino, cuyo precio asombra
«al menos a un provinciano de una de las provincias con menor
renta per cápita de las de toda España, que es tanto como decir de las de toda la Europa desarrollada».

Pero lo que me llama la atención esta vez, son simples botellas de agua, todas de vidrio transparente y cuyo contenido se anuncia en cartelitos que afirman lo siguiente: «Agua de la Columbia Británica, a 7,80 euros la botella de unos ¾ de litro. Agua de un cinturón volcánico de Japón, a 6 euros. Agua de unos fiordos noruegos, a 4,80 euros y agua de un lugar de Inglaterra, a 3,30 euros».

Al ver aquello, la sonrisa me llega de oreja a oreja y recuerdo de inmediato que el vino que tomo estos días, procede de una botella de igual tamaño, que embotellan en la zona de los vinos murcianos y alicantinos (magníficos tintos) y que en el supermercado me ha costado 1,60 euros y la verdad, es un buen vino puesto que yo ya «caté» vinos añosos y al final, uno fresco o un segundo año, suelen ser vinos muy buenos y que no envidian a todos los demás «salvo en aquello tan ostentoso de decir que bebí un vino cuya botella costó lo que un barril de esos otros que yo digo» lo que al orgulloso, u «otras yerbas», le llena de vanidad inflándose como un globo.

Pero volvamos al agua de beber. Yo bebo normalmente de la
red municipal de mi ciudad y cuando estoy en el campo bebo de
la de mi pozo, que es potable, según me dijeron hace treinta años cuando la mandé analizar y nunca me ha «dolido la barriga». La primera al ser municipal y por el mero hecho de que «los políticos temblarían de pánico», si se les declarase una epidemia, debe ser de las cosas que mejor vigilan y analizan a diario; es cierto que algunas veces trae algo de restos de cloro; pero llenando un recipiente unas horas antes de consumirla, esas emanaciones de cloro «han volado» y el agua, es tan buena y rica como la embotellada; que por cierto y en España, una muy famosa de «las montañas del norte», tuvo que cerrar la planta por cuanto se descubrió contaminación y fue un escándalo de ámbito nacional. ¿Recuerdan la marca era de un municipio santanderino? Por otra parte y en Inglaterra, hace «unos años»; una multinacional estaba llenando «agua mineral» de la del grifo o municipal, lo que resultó otro escándalo «mundial». Cuántos fraudes o similares hay y que se están pagando a precios de asombro?… Quede claro que cada cual puede hacer lo que mejor le venga en gana «con sus dineros y las aguas o vinos que beban». Yo ya digo, «vengo de vuelta de tantas cosas que ya muchas de ellas y como dije me dan risa».

Antonio García Fuentes
(Escritor y filósofo)
www.jaen-ciudad.es (aquí mucho más)

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Antonio García Fuentes

Empezó a escribir en prensa y revistas en 1975 en el “Diario Jaén”. Tiene en su haber miles de artículos publicados y, actualmente, publica incluso en Estados Unidos. Tiene también una docena de libros publicados, el primero escrito en 1.965, otros tantos sin publicar y mucho material escrito y archivado. Ha pronunciado conferencias, charlas y coloquios y otras actividades similares.

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