En un mundo dominado por los parásitos
Siempre ha sido así; y por ello, “esto ni funcionó ni funciona ni funcionará”; y es por cuanto siempre se apoderan del poder, los sin escrúpulos y los que en definitiva van a explotar o esclavizar a los que verdaderamente producen riqueza para sí mismos y para los demás; y que son los que en realidad mantienen todas las estructuras que tenga la nación, provincia, pueblo o municipio que sean. Para entender ello usted que lee este texto, mire a su alrededor y haga un recuento o balance justo de la situación de su comunidad y esté donde sea de este perro mundo, en el que ya está dicho todo, pero se sigue practicando lo contrario que dictara la buena religión, que asevera que… “Ganarás el pan con el sudor de tu frente”; pero como ese esfuerzo es bastante duro y muchas veces incierto, el que puede simplemente aplica lo contrario; o sea que… “gana su pan y todo lo demás con el sudor del de enfrente”, al que exprime de forma notable cuando no incluso criminal; y se dedica a vivir de su expolio y sin remordimiento alguno.
Una autora rusa y en plena efervescencia del comunismo y del que tuvo que huir jugándose el pellejo, escribió lo que sigue: “Cuando advierta que para producir necesita obtener autorización de
quienes no producen nada; cuando compruebe que el dinero fluye
hacia quienes trafican no bienes, sino favores; cuando perciba que
muchos se hacen ricos por el soborno y por influencias más que por
el trabajo, y que las leyes no lo protegen contra ellos sino, por el contrario,
son ellos los que están protegidos contra usted; cuando repare que
la corrupción es recompensada y la honradez se convierte en un
auto sacrificio, entonces podrá afirmar, sin temor a equivocarse, que su sociedad está condenada.» (Ayn Rand (1950).
Tras esta demoledora sentencia “miremos alrededor nuestro y luego extendamos la vista y el entendimiento a los más lejanos lugares, tratando de buscar respuesta a estas grandes palabras”… “que encontramos en definitiva”.
Una serie interminable de grandes y menos grandes parásitos, que viven o se mantienen, sobre la base de eso mismo, exprimir a la sociedad que dominan y vivir a costa de ella; así desde el más ridículo mendicante o delincuente que roba mínimos, hasta el “gran político o ya incrustado en la gran política”, que roba a lo grande y además de ello, se considera elemento valioso incluso reclamando adoración o veneración máxima, de quienes no son otra cosa que semi esclavos o ya esclavizados hasta grados de una indignidad enorme.
Individuos estos, que por el estatus conseguido, ya se consideran intocables y por tanto fuera de las leyes, que posiblemente ellos mismos impusieron. No necesito dar nombres, suelen aparecer o están ya “en los papeles y en las ondas de los que de verdad son informativos y obran con la lealtad a que están obligados”.
Pero la realidad es la que aquel rey de no mucha importancia y que hace ya veintisiete siglos afirmara lo que sigue: “POLÍTICA Y JUSTICIA: «La ley es como una red que atrapa las moscas y deja pasar a los pájaros». La política se creó para «legalizar» la corrupción. (Anacarsis. siglo VII a.C.)
En uno de mis desconocidos poemas y dedicado a la guerra, a las interminables y sangrientas guerras donde prácticamente solo mueren inocentes desarmados, ya le añadí en uno de mis versos… ¿Y quién quita la horca al que ahorca? Pregunta que seguirá en el aire, espero que no sea por toda la eternidad.
Antonio García Fuentes
(Escritor y filósofo)
www.jaen-ciudad.es (aquí mucho más) y
http://www.bubok.es/autores/GarciaFuentes
