No más Mentiras

Antonio García Fuentes

«EL PRECIO» del automóvil en el año 2000

“EL PRECIO” del Automóvil en el año 2000

Cuando ocurriera el accidente producido por el choque de un autocar y un camión (06-07-2000), en el que murieron 27 personas (en mayoría niños o adolescentes) y “no se cuantos cerdos”. Se montó el ya clásico y exagerado aparato “para informar”, convirtiéndose en macabros espectáculos, los que (a mi juicio) debieran ser mucho más restringidos, piadosos y humanos; los que simplemente cubriéndolos con un piadoso velo, harían mucho más bien que el que hacen y que llega a repeler a muchos de los obligados espectadores (en que nos convierten) de esos brutales medios que más que de información, lo son de desinformación (por lo abundantísimo de la misma) y de alguna manera lo que logran es el que nos “acoracemos” y nos cause ya indiferencia lo que por lo sabido y multirrepetido, ya no causa ningún efecto, por cuanto lo que ocurre y de alguna manera (“en la carretera”) es lo que va a seguir ocurriendo y aumentando, a medida de que lo haga el número de vehículos y de (incluso) carreteras, por bien hechos que sean ambos componentes del “mundo del automóvil”.
Y es que como ya decía un cura (jesuita) al principio de “los sesenta”, el que ante mi e interpelado de la siguiente forma, su respuesta fue lacónica y escueta, aunque la misma causara hilaridad a las cinco o seis personas que viajábamos a la sazón en aquella furgoneta “DKW, de motor de dos tiempos”, la que “jadeaba subiendo una cuesta”, por el exceso de peso que soportaba en aquel viaje.
¿Padre… y usted cuando va a aprender a conducir?
Hijo… yo, cuando las carreteras sean igual de anchas que de largas.
Eran tiempos en que las carreteras en España y en otros muchos países, eran en mayoría, las que se habían trazado sobre las viejas y empleadas siglos anteriores para el uso de entonces; ganado, carretas y caballerías.

Ya entonces había bastante circulación automovilística, la que desarrollada brutalmente (no olvidemos que nuestra sociedad opulenta “va montada sobre el automóvil, ya que sin él, simplemente no existiría) en las décadas posteriores; hoy, cuarenta años después, ya es cuasi una plaga y por descontado una enfermedad manifiesta y virulenta, que mata, hiere, deja inválidos y causa daños de todo tipo y así hay que aceptarla sin tantas “parafernalias” como “los medios de desinformación”, se empeñan en presentárnosla. La verdad es esa… “la diga Agamenón o su porquero”.
Tan es así, que esos mismos días a que me refiero 6-7-2000 y en los dos siguientes ocurren otros tantos casos similares al primero comentado. Sufre accidente otro autocar en Marruecos donde se producen “otros cuantos muertos” y al siguiente día, vuelve a ocurrir otro similar en Francia, donde en otro accidente de autocar, mueren “otros cuantos seres humanos” y a los que como siempre, hay que aumentar los heridos de diferente gravedad o invalidez y los posibles muertos de las consecuencias del accidente y los que no se cuentan en las estadísticas. Y a ellas paso seguidamente.
En España y en 1999 mueren “en la carretera” 4280 personas… Pero es que en toda Europa y en igual año, lo hacen la ya enorme cantidad de cuarenta y cinco a cincuenta mil personas (45.000/50.000). Cantidad y que reitero para que no se olvide; a la que hay que aumentar, los heridos, disminuidos físicos, parapléjicos y los que luego mueren en hospitales o en sus propios domicilios, a consecuencia de las secuelas de los accidentes.
Y curiosamente, cuando se dan estas cifras “frías”, se dan sin darle ninguna importancia (que la tiene) y se aceptan en comentarios pausados, tranquilos y como aceptando lo que en realidad es, o sea algo que ya no se puede evitar de ninguna de las maneras y es la factura que tenemos que pagar para seguir disfrutando (“si es que esto ya se puede considerar un disfrute”) la vida que por lo que sea, estamos viviendo de grado o a la fuerza.
De acuerdo que (quizá) la mayoría de accidentes se podrían evitar; que la culpa es siempre de “un ser humano”, el que generalmente y bajo los efectos que sean, no sólo suele padecer los hechos (mortales o no) si no que se lleva por delante a quienes, inocentes pagan las consecuencias, pero… ¿qué podemos hacer en realidad?… ¿cuántos otros hechos produce ese ser humano en solitario o en grupo y en todos los grados en que produce (por lo que sea) la humanidad “individual o colectiva”?. Pienso que tan poco, tan poco, que lo que hay es que “humanizar” mucho más las informaciones, llevarlas a los grados positivos (empezando en los niños de las escuelas) y que nos formen mucho más de que “nos informen”; pero para ello se necesitan buenos formadores y no “tanto correveidiles como hay sueltos”; más buscando “el dinero y la fama”, que otra cualquier cosa, “digan lo que digan y lo hagan como lo hagan”…?.

Antonio García Fuentes
(Escritor y filósofo)
www.jaen-ciudad.es (aquí mucho más)

Escrito en el año 2000

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA

Antonio García Fuentes

Empezó a escribir en prensa y revistas en 1975 en el “Diario Jaén”. Tiene en su haber miles de artículos publicados y, actualmente, publica incluso en Estados Unidos. Tiene también una docena de libros publicados, el primero escrito en 1.965, otros tantos sin publicar y mucho material escrito y archivado. Ha pronunciado conferencias, charlas y coloquios y otras actividades similares.

Lo más leído