No más Mentiras

Antonio García Fuentes

La cápsula de cianuro

Era yo bastante joven cuando “pasó por mi cabeza” y por primera vez “el suicidio; no tenía problemas materiales de ninguna clase, pero sí un vacío grande por otros motivos que sería largo y difícil explicar; de esto hace más de medio siglo: era joven y ya con dinero y abundante salud; pero ya también era casado y con tres hijos, por lo que “rápidamente supe capear aquella terrible tormenta” y me “agarré a argollas enormes”, puesto que tenía que sacar adelante a esa familia, formar a mis hijos para que no fuesen parásitos sociales y dotar a mi esposa de una seguridad económica que entonces no teníamos (“nunca firmé una nómina y fui siempre por libre y como empresario autónomo”). Mi vida ha sido “intensa” y llena de muchas experiencias que desde luego, me han enriquecido mucho más que el dinero.
Pasaron muchos años y muchas “tormentas” y entre ellas volvió varias veces la ya referida; pero siempre fue superada, puesto que la he considerado siempre como “una cobardía y el mayor delito que en este mundo se puede cometer mientras tengas algo que aportar a la sociedad en que fuiste obligado a nacer”; pero a medida de que vas viendo llegar la realidad que presenta la vejez y la ancianidad; y vas sufriendo las limitaciones que te van alcanzando y además ves las horribles muertes que han padecido algunos seres queridos e infinidad de conocidos con los que has convivido, entre ellos destacan la propia madre y la esposa;
vas teniendo un miedo creciente, no a la vida, sino “a la no vida que es la invalidez o cosa peor y que te postre en un sillón o cama, donde llegue el momento hasta que “los tuyos”, deseen que te mueras pronto y “descanses” y de paso ellos también, puesto que fríamente “esa es la vida”.
La medicina por buena que llegue a ser, no te hace inmortal; y como gran negocio que es (uno de los grandes de este mundo) te va alargando esa vida, que llega el punto que ya no es ni mínimamente grata por lo mermada que va quedando, pero el negocio “médico-farmacéutico” vive de ello, se crean grandes capitales y lo que interesa es alargar la vida cuanto más mejor, ya que en ello está el negocio o gran negocio que arriba cito; y “sin enfermos no hay medicinas”; tan es así, que yo intuyo que se descubren “o inventan” nuevas enfermedades, para ampliar el negocio cuanto más mejor; todo lo demás de la parafernalia médica, me merece más dudas que certidumbres, máxime que observo desde muchos años atrás, que muchos médicos que recetan medicinas, ellos las rehúyen o ignoran por las consecuencias que ellos saben… “es que las medicinas, cuando entran en el cuerpo matan lo que deben y lo que no deben”. Me lo dijo un hombre bueno, médico y respondiendo a pregunta directa y en la que me complació con aquella sinceridad humana, que seguro que la mayoría no la daría jamás. Por tanto, ¿qué hacer, en un mundo ya lleno de viejos y muy viejos?; ¿no sería ya el tiempo de pensar “en la cápsula de cianuro”… “Para aquel que la quiera tomar y cuando lo estime oportuno, claro está”; la libertad, yo la entiendo hasta ese punto, puesto que te la da La propia Creación… “y al decir esto me estoy acordando también lo que enseñó en la famosa película protagonizada por Anthony Quinn en la que representa a un esquimal ya en el siglo veinte y con la naturalidad que aquellas gentes dejaban a la vieja madre, en plena ventisca polar, para “alimento de algún oso hambriento”; escena que me llenó de amarga ternura comprendiendo el enorme mensaje que el autor de la obra, enviaba a todo el mundo”.
También me acuerdo del suicidio del estoico Séneca, condenado por el que fuera su discípulo y luego césar de Roma (Nerón) el que tuvo “el capricho” de asesinar de esta forma a tan gran hombre, el que con el estoicismo propio del sabio que era, “se cortó o le cortaron”, las venas mientras se bañaba tranquilo en su propia bañera y en agua caliente; dando por seguro que habiendo leído algunos de sus libros, él pensaría que no era Nerón el que se libraba de Séneca, sino muy al contrario… “Era Séneca el que se libraba del ya sanguinario Nerón, que incluso “mandó matar a su propia madre”.
Hoy en el “avanzadísimo Japón” tienen ya problemas con sus ancianos; al que incluso un primer ministro ya les ha dicho que… “a ver si se van muriendo que ya son una carga muy grande para el país”; y como carecen de residencias para todos ellos, ya cantidad de los mismos, delinquen de forma controlada, puesto que así los condenan y van a las cárceles niponas, donde “viven mejor” que en sus propias viviendas y las soledades que padecen; les dejo una dirección para que puedan saber mucho más de las miserias que viven los ancianos japoneses; por lo que yo intuyo que “la cápsula de cianuro”, no tardará mucho en implantarse en esas sociedades que de avanzadas les va quedando solo el nombre; en las tribus amazónicas o africanas los viejos viven mucho mejor cuidados y respetados ; ver aquí http://www.lavanguardia.com/internacional/20110129/54107299900/la-carcel-ultimo-refugio-de-los-ancianos-japoneses.html

Antonio García Fuentes
(Escritor y filósofo)
www.jaen-ciudad.es (aquí mucho más) y
http://www.bubok.es/autores/GarciaFuentes

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Antonio García Fuentes

Empezó a escribir en prensa y revistas en 1975 en el “Diario Jaén”. Tiene en su haber miles de artículos publicados y, actualmente, publica incluso en Estados Unidos. Tiene también una docena de libros publicados, el primero escrito en 1.965, otros tantos sin publicar y mucho material escrito y archivado. Ha pronunciado conferencias, charlas y coloquios y otras actividades similares.

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