No más Mentiras

Antonio García Fuentes

Quioscos, reglamentos y saqueos oficiales

Quioscos, reglamentos y saqueos oficiales

Me encuentro en la calle a un “propietario de quiosco de prensa y loterías”, el que ha podido aguantar en el mismo hasta su jubilación, y como es de lógica, ha tratado de alquilarlo, puesto que el mismo lo edificó él con su dinero, si bien ocupa un pequeño espacio de vía pública; pero llegado a ello, el ayuntamiento de Jaén le dice que no puede alquilarlo y se irroga la propiedad del mismo, sin pagarle lo que en su día costara la edificación; diciéndole “que es el reglamento”; cosa inexplicable por cuanto de hecho es “una confiscación de bienes”, ya que el ayuntamiento lo podrá alquilar como nuevo propietario (así hay una decena o más de casos en esta ciudad, donde nací y vivo). Digamos también, que este diminuto local, ha pagado durante muchos años, todos los impuestos que le han impuesto locales o nacionales.
Si estos locales hoy cerrados, continuaran abiertos al comercio, se lograría como mínimo, uno o dos “autónomos” por local, lo que significaría uno o dos nuevos puestos de trabajo y fuentes de riqueza que como comercio producirían; lo que al quedar cerrados o clausurados, lo que producen es más miseria de la ya mucha acumulada en base a sistemas que paralizan ello, y no saben aprovechar los que dicen gobernar, con lo que se confirma que son inútiles integrales.
El sistema de apertura de nuevas empresas comerciales o de nuevas obras a realizar es una plaga absurda, instituida por una burrocracia que no burocracia, excesiva y de una lentitud desesperante, por lo engorrosa y absurda. Sé de otro caso de un pequeño bar, que para “legalizarle” una chimenea interior, que fue instalada ya hace treinta y pico de años y cuando se edificó el edificio, le han tenido bloqueado el establecimiento por un año o quizá más. Y así en pequeños y grandes asuntos, la que se dice administración oficial, es mucho más destructiva que constructiva por los daños que produce y de los que no puedes evadirte… ¿Es que se legisla así, para fomentar el soborno y la ya incalificable corrupción oficial española? Y se puede preguntar ello, puesto que según qué casos, algunos de ellos “vuelan las diligencias oficiales y en breve espacio de tiempo todo de soluciona”.
Me dijeron hace ya muchos años, que en Estados Unidos (USA) para acometer una obra o instalaciones comerciales del tipo que sean; sólo hay que llevar al departamento municipal de la población, los planos detallados de la obra o instalación, a realizar; allí te sellan o diligencian una copia y a partir de ese momento, puedes empezar y terminar la obra; puesto que se da por sentado, que el arquitecto o ingeniero que ha realizado el proyecto, conoce los reglamentos existentes para que sea legal la obra que se pretende y por tanto no infringirá los mismos, puesto que también sabe que en ese caso y cuando la autoridad municipal realice la inspección final, lo que no esté a tenor con ello, será eliminado, con cargo al infractor aparte de la sanción que corresponda por incumplimiento. ¿Qué se logra con ello? Agilidad y que no se detenga la creación de puestos de trabajo, riqueza y verdadero progreso; además el que no exista el soborno y muchos tipos de corrupción que aquí en España es “lo normal”.
¿Por qué no se obra aquí de igual forma? Sencillamente, los que gobiernan en general, no saben y los empleados oficiales, si es que saben, no tienen la autoridad que debieran; de ahí el que hay que eliminar, los ejércitos de parásitos que nos obligan a mantener, siendo solo eso, parásitos que “ni hacen ni dejan”. Por ello yo defiendo el que los empleados del Estado y cada cual en su escala, incluyendo la de directores generales, deben ser técnicos debidamente preparados, para actuar diligentemente en su escala y no estar siempre como aquí los tienen, que son algo así “como los siervos del político”; se debe elegir a las cabezas, y anular esa mentira de “asesor”, la asesoría debe ser los empleados del Estado y muy severamente vigilados para evitar estas ruinas, que nos aportan los inútiles que dicen gobernar, sin apenas haber sido enseñados a manejar “un quiosco de pipas y caramelos”.
Por descontado que las obras y compras públicas, deben ser como antes se hacían; propuesta de compra o realización, plica cerrada y lacrada presentada por quien pretende suministrar o construir lo que sea; y abiertas estas en público ante fedatarios que tengan que emitir el fallo con garantías máximas, se adjudica el negocio al mejor postor y sea quien sea, que igualmente aporte garantías de que tiene la suficiente fuerza económica para cumplir con el compromiso que fuere.
En definitiva, hay que limpiar enormemente la inservible administración pública, que nos tiene hastiados de tantos inspectores que nos amargan la vida, en vez de ayudarnos a producir con ilusión bienes y riqueza que con equidad suficiente llegue a crear un progreso hoy inexistente, por culpa de tanta “sanguijuela política, que no administrativa”, que nos viene devorando desde hace ya la infinidad de tiempo” y es que ocurre, lo que ya he recordado algunas veces, y se vivió en la terrible política en la que se consumió la URSS y el comunismo soviético y todos los demás.
Y fue esto: «Cuando advierta que para producir necesita obtener autorización de quienes no producen nada; cuando compruebe que el dinero fluye hacia quienes trafican, no bienes, sino favores; cuando perciba que muchos se hacen ricos por el soborno y por influencias más que por el trabajo y que las leyes no lo protegen contra ellos, sino, por el contrario, son ellos los que están protegidos contra usted; cuando repare que la corrupción es recompensada y la honradez se convierte en un auto-sacrificio, entonces podrá afirmar sin temor a equivocarse, que su sociedad está condenada.» Ayn Rand (1950).
¡Basta ya de esa legión de empleados públicos que como cazadores han sido adiestrados, simplemente para imponer multas y sanciones y a ellas van para sacar más dinero al indefenso contribuyente que estamos totalmente indefensos!

Antonio García Fuentes
(Escritor y filósofo)
www.jaen-ciudad.es (aquí mucho más)

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Antonio García Fuentes

Empezó a escribir en prensa y revistas en 1975 en el “Diario Jaén”. Tiene en su haber miles de artículos publicados y, actualmente, publica incluso en Estados Unidos. Tiene también una docena de libros publicados, el primero escrito en 1.965, otros tantos sin publicar y mucho material escrito y archivado. Ha pronunciado conferencias, charlas y coloquios y otras actividades similares.

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