No más Mentiras

Antonio García Fuentes

Islam y resto del mundo

Islam y resto del mundo

Recientemente he publicado mi artículo, “Arreglar lo no arreglable” (está en mi Web en “Artículos: más de 3200 al final”) y cuyo preámbulo es el que sigue:
“Lo que no tiene solución o al menos no la va a tener en muchos años venideros, lo quieren solucionar “deprisa y corriendo” y sin que nos expliquen con claridad el cómo piensan hacerlo exponiendo igualmente los medios con que cuentan. El día que esto escribo están en Roma convocados por el Papa, para solucionar el drama de las invasiones humanas que están padeciendo muchas partes del mundo, unas docenas de alcaldes de importantes ciudades del mundo y entre ellas las más importantes de España. Asombra oír la cantidad de disparates que desde el Papa para abajo dicen muchos de los asistentes; que en realidad no arriesgan nada suyo en esas soluciones imposibles que tratan de preconizar”. Después ha sido realizada la nueva masacre en el centro de Berlín y tras ella, el nuevo “diluvio de llantos y lamentos de los mismos”; después vendrá “el silencio de siempre hasta que vuelva otra nueva masacre y seguir igual en uno de los más grandes problemas que tiene hoy la humanidad viviente”. Notemos los atentados que han ocurrido tras lo de Berlín, lo que demuestra que “habrá muchos más”.
Ya no vale (en absoluto) el que nos digan que hay un Islam pacífico y otro más que violento, asesino sin piedad alguna; y digo sin piedad, por cuanto la mayor mortandad y los mayores daños en bienes y haciendas, los están padeciendo en inmensa mayoría los musulmanes no violentos, que los están asesinando en rebaños o manadas de “borregos”, que como tales sólo les queda “el poner el cuello como tales”.

Y lo que para mí asombroso, es el que los dirigentes de unos y otros (“clérigos del único dios verdadero y el que en el primer (capítulo) o sura del libro de Mahoma se afirma como primer mensaje, lo siguiente: “En nombre del Dios clemente y misericordioso”)… Se supone el que esos maestros religiosos, ya hace mucho tiempo, han debido reunirse, estudiar de nuevo “su libro” y actualizarse y actualizar a sus seguidores, que ya hace más de catorce siglos que fue escrito y que hoy, los más poderosos islamistas no van en camello cómo fue su profeta, sino que vuelan en maravillosos y costosísimos aviones modernos, muchos de ellos privados, por “la gracia de Alá o su profeta”; y aunque “la Luna” siga siendo la misma, el planeta Tierra no es el mismo y las religiones, cambiaron mucho, aunque aún tengan que hacerlo mucho más, a tenor con lo que dejara dicho Cristo (otro de los profetas que han de respetar los musulmanes, ya que así lo dijo el propio Mahoma)… Pero todos estos nuevos y relevantes “creyente” callan en el mejor de los casos, puesto que en el peor es que siguen predicando el “despreciable cree o muere”; no respetando la libertad que nos diera el propio Dios/Alá, para que cada cual fuera hacia Él por el camino que eligiera. ¿Cuándo pues, van a empezar los concilios/congresos/asambleas o como se quieran denominar, para que de verdad, empecemos a respetar al otro e incluso aprender a respetarnos a nosotros mismos? ¿No sienten remordimiento de lo que estimo son los principales culpables? No lo entiendo.
Recuerden lo que dijera el segundo profeta (según afirman los musulmanes) Cristo… “LA VIOLENCIA SÓLO ENGENDRA VIOLENCIA” .
Escribo lo que antecede por cuanto acabo de leer lo que les copio a continuación:
ATENTADO EN BERLÍN
Europa, entre el terrorismo y la integración
No es cuestión de buscar en este acto terrorista la oposición secular de dos civilizaciones contrapuestas, pero sí debemos reconocer que la base cultural y las expectativas que genera tiene consecuencias.
En el invierno de 1434, Federico II, elector de Sajonia, inauguró un mercado de Navidad en Dresden. Desde entonces, al menos, Alemania ha celebrado las Navidades con la civilizada costumbre de congregarse para intercambiar bienes y dinero. El mercado es un lugar de encuentro, de pequeñas celebraciones personales y de vida en la ciudad, que es la creación más perfecta de la civilización humana. Y la Navidad, junto con la Semana Santa, es la celebración religiosa más importante de Europa.
Un hombre ha estrellado un enorme camión negro contra la muchedumbre arremolinada en el mercado de Navidad de Breitscheidplatz, en Berlín. Ha matado a 12 personas y herido a 48. No hace falta pedirle que conozca la historia de las tradiciones europeas para darse cuenta de que sabía que estaba atacando la tradición cristiana en el centro de Europa. No es cuestión de buscar en este acto terrorista la oposición secular de dos civilizaciones contrapuestas, pero sí debemos reconocer que la base cultural y las expectativas que genera tiene consecuencias, y que la convivencia en Europa con millones de musulmanes es un problema; muy probablemente el más grave al que se enfrenta nuestro continente.
El pasado 5 de diciembre, un niño iraquí de 12 años colocó una bomba en el mercado navideño de Ludwigshafen
En el caso del atentado de Berlín, a esta hora no está clara su autoría, pero alcemos un poco la mirada sobre esa plaza de la capital alemana. El pasado 5 de diciembre, un niño iraquí de 12 años colocó una bomba en el mercado navideño de Ludwigshafen, un recipiente lleno de pólvora y clavos y adornado con motivos de esta época. Las sospechas de los transeúntes alertaron a la Policía, que logró neutralizar el explosivo. El 26 de noviembre ya lo había intentado, pero su artefacto no estalló.
El 30 de octubre, un menor fue apuñalado hasta morir en Hamburgo. Y dos semanas antes una estudiante de medicina, de 19 años, fue violada y asesinada por un refugiado de 17 años, del centro en el que ella colaboraba. En julio, en el plazo de tres días, un iraní mató a nueve personas en Munich, un refugiado sirio mató con un machete a una mujer embarazada en Reutlingen y otro del mismo origen detonó una bomba en un festival al aire libre en Ansbach. Hirió a 12 personas. El 18 del mismo mes un inmigrante afgano entró en un tren en Wuerzburgo e hirió a cinco personas con un machete.
El caso de Omar Mateen. Cliente habitual de Pulse, el bar de ambiente homosexual de Orlando, acabó matando a sus clientes en nombre de Alá, y denunciando la degradación moral de Occidente. ¿Quién podría asegurar que no se van a dar casos como este, en los que la Yihad sea la vía de escape de jóvenes musulmanes desubicados o fracasados? Puede que no sean muy frecuentes, pero con una población de 44 millones de musulmanes en nuestro continente (y son datos de 2010), tenemos que asumir que vamos a convivir con el peligro de sufrir un número creciente de atentados.
La abrumadora mayoría de los musulmanes europeos son, en la práctica, pacíficos. Pero muchos no lo son en sus ideas. Un informe de la Oficina Nacional de Estadística (ONS) del Reino Unido recoge que el 80 por ciento de los mahometanos que viven en Londres y tienen menos de 25 años muestran simpatías hacia el ISIS. El gatillo de la Yihad puede pasar del mundo de las ideas al de los hechos en cualquier momento.
La crisis en Siria ha creado un éxodo masivo que, en parte, ha recalado en Europa. Si asumir con éxito la instalación en nuestros países de una población musulmana no es fácil, abrir nuestras fronteras a centenares de miles, a millones de personas procedentes de una guerra, y esperar que no empeore nuestra seguridad, es un absurdo.
Así las cosas, ¿qué podemos hacer? Nosotros hemos asumido que hay que ofrecer todo tipo de facilidades legales, administrativas y morales para que refugiados e inmigrantes, y me refiero en particular a ellos, se integren más fácilmente en nuestra sociedad. Creo que deberíamos ir en el sentido opuesto. La experiencia de los Estados Unidos muestra que allí los inmigrantes cumplen más la ley y los preceptos de la moral ciudadana más que los nativos. ¿Por qué? Porque están deseando formar parte de aquélla sociedad y saben que tienen que hacer un esfuerzo extra. Si queremos integración, en primer lugar tenemos que ser una sociedad atractiva y con oportunidades. En segundo lugar, tenemos que estar orgullosos de nuestra forma de vida, si queremos que la asuman otros. Y, en tercer lugar, tanto las leyes como la propia sociedad tiene que someter a los inmigrantes, especialmente si son de otra cultura, a un escrutinio inteligente.
Si nos avergonzamos de nuestra cultura y nuestra sociedad y le abrimos las puertas a todo el mundo, sin control, acabaremos por destruirnos nosotros mismos. http://www.vozpopuli.com/opinion/Europa-terrorismo-integracion_0_982702963.html

Antonio García Fuentes
(Escritor y filósofo)
www.jaen-ciudad.es (aquí mucho más) y
http://www.bubok.es/autores/GarciaFuentes

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Antonio García Fuentes

Empezó a escribir en prensa y revistas en 1975 en el “Diario Jaén”. Tiene en su haber miles de artículos publicados y, actualmente, publica incluso en Estados Unidos. Tiene también una docena de libros publicados, el primero escrito en 1.965, otros tantos sin publicar y mucho material escrito y archivado. Ha pronunciado conferencias, charlas y coloquios y otras actividades similares.

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